El Pandorgo disfruta de una Feria para enseñar

D. A. F.
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Carlos Lillo Talavera está dispuesto a disfrutar de unos festejos completos y variados de la mano de su hija, para la que por su edad será toda una novedad

Carlos Lillo, Pandorgo 2022 - Foto: Tomás Fernández de Moya

Con mucho entusiasmo y mucha alegría», son las palabras con las que el pandorgo 2022, Carlos Lillo Talavera, describe ante La Tribuna sus preparativos para la feria de Ciudad Real, «después de las emergencias sanitarias que hemos tenido estamos volviendo ya a la normalidad», comenta.

Los recuerdos de Lillo con las celebraciones en honor de la Virgen del Prado se retrotraen a «cuando la feria estaba en el Parque de Gasset». Sus costumbres de festivas pasan por acudir a las procesiones de la Virgen y del día de la Octava, a lo que añade, «algún concierto, a los espectáculos del vermú, a las casetas, todo el recinto ferial...», enumera en una relación apresurada.

Para este año asume que tendrá la responsabilidad de «ir todos los días» a los actos del Ayuntamiento, ya sean «por la mañana, por la tarde o por la noche».

Lillo considera que históricamente la feria de Ciudad Real ofrecía características que la convertían en una mezcla perfecta entre distintas formas de organizar las celebraciones populares, puesto que «teníamos elementos de ferias que se celebran en el norte, junto con otros rasgos que son propios de ferias del sur», pero al mismo tiempo las celebraciones y actos han tenido una evolución que se ejemplifica en su traslado desde la anterior ubicación hasta el actual recinto ferial. En su opinión se «ha levantado una feria en la que se ha ido manteniendo la esencia de siempre, desde los típicos cacharritos para niños, pero en la que se han ido creando nuevas atracciones». De esta forma, afirma que la feria de Ciudad Real «no le falta de nada, tiene cosas para todos, para niños, para adultos, para jóvenes y todo tipo de actividades».

El pandorgo incide en que todas esas características hacen de las celebraciones en Ciudad Real «una feria especial que ha ido reuniendo cosas de un sitio y otro, acabó teniendo una forma de ser específica que encaja muy bien en la ciudad en la que se desarrolla».

Lillo admite que en los años anteriores reclamaba una mayor presencia de actividades en horario matinal, «algo para que la gente pueda reunirse, pueda estar en la calle con alegría», algo que ha empezado a cambiar en las últimas ediciones, como el encuentro que se realiza con la banda de música, las visitas a los diferentes barrios de la mano de los gigantes y cabezudos, los recorridos de los aficionados al caballo, en el que también están invitados el pandorgo y la dulcinea. En la misma línea llama la atención sobra la extensión del baile del vermú hacia la avenida del Rey Santo y la calle Hernán Pérez del Pulgar, que se realizó en las ediciones de la feria previas a la pandemia de coronavirus, lo que le hace afirmar: «Ahora mismo tenemos todos los horarios cubiertos».

Lillo entiende que tradicionalmente el pandorgo «es el personaje central de la Pandorga y la Dulcinea y las damas son más importantes en la feria, pero últimamente le están dando protagonismo a las dos figuras». Dentro de ello considera que el papel más relevante que se asigna al pandorgo es el corte de la cinta en el acto inaugural de la feria, por lo que admite: «Me siento algo protagonista», con la salvedad de que finalmente, «las fiestas de Ciudad Real son para el pueblo», que es el verdadero protagonista.

Aún así, el pandorgo matiza mucho la utilización de ese término puesto que «la protagonista total de la feria» es la Virgen del Prado. Con la patrona mantiene una «relación estrecha», puesto que desde niño acudía a su templo, «me llevaban mis abuelos, me llevaban mis padres», lo que ha tenido su consecuencia en que actualmente forma parte de la hermandad centrada en su advocación. En consecuencia «este año tendré el privilegio de ir en procesión muy cerquita de ella», pone de relieve. Su intención es «mirar, rezarle y directamente decirle todo lo que me venga a la cabeza», adelanta.

Al mismo tiempo, el pandorgo de hogaño considera que las fiestas tienen elementos que la hacen atractiva para los forasteros, desde la propia urbe. «Es una capital que no es muy grande, pero que está muy bien comunicada, tenemos todo tipo de servicios y no nos falta de nada», comenta antes de reiterar que durante la feria se desarrollan todo tipo de actividades y en diferentes momentos del día.

Del mismo modo señala la variedad de ambientes en el recinto ferial, desde la zona de atracciones hasta las casetas, «para los que quieran quedarse hasta la madrugada», así como las actividades infantiles que ya no sólo se celebran en El Prado, sin olvidar tampoco las procesiones del día de la Virgen del Prado y de la Octava.

En lo personal, Lillo confiesa: «Tengo muchas ganas de estar con mi hija en la feria», la pequeña tiene actualmente cinco años, de modo que en el momento en que las celebraciones quedaron en suspenso por la pandemia «tenía tres añitos y medio, de modo que no recuerda lo que es la feria», apunta. Por esa razón considera importante estar a su lado en los momentos en que vaya descubriendo que es realmente «una gran feria» como la de Ciudad Real.