Bajan un 8% los análisis en la Enológica de Alcázar en 2020

Ana Pobes
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La Estación de Viticultura y Enología cerró el año pasado con unas 6.200 muestras analizadas frente a las más de 6.800 que se analizaron el año anterior. El laboratorio se reabrió en 2017

Dos trabajadoras del laboratorio de la Estación de Viticultura y Enología en una imagen de archivo. - Foto: PL

La Estación de Viticultura y Enología (EVE) de Alcázar de San Juan, centro adscrito al Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal (Iriaf), cerró 2020 con 6.200 muestras analizadas, lo que significa un ocho por ciento menos que en 2019, cuando se realizaron más de 6.800.

Un «ligero» descenso que el director del Iriaf, Esteban García, achaca a varios factores. Entre ellos, el COVID-19, que «ha reducido a cero el comercio del vino en el canal Horeca», las dificultades que plantea el Brexit, los aranceles de Estados Unidos y las restricciones de exportaciones a granel a Rusia. Diferentes circunstancias, lamenta, que han llevado a romper la tendencia ascendente que ha registrado la Enológica en los últimos años en cuanto al número de muestras analizadas de vinos y otros productos derivados de la uva, como mostos, vinagres y otros destilados.

Así por ejemplo, y según los datos aportados por su director, en 2017, año en el que se reabrió la Enológica de Alcázar de San Juan, se analizaron alrededor de 4.600 muestras, una cifra que creció hasta las 5.800 en 2018 y que continuó al alza en 2019 con más de 6.800. «Esta línea ascendente de aumentar alrededor de mil muestras al año se rompió el año pasado por cuestiones como el Brexit o el coronavirus, entre otras», insiste García al tiempo que subraya la importancia que tiene la presencia de la Enológica, un servicio público que el Gobierno popular de Cospedal cerró en 2012 por distintas circunstancias y que cinco años más tarde, en 2017, el PSOE reabrió a su llegada al Gobierno de Castilla-La Mancha. Desde su reapertura, la Estación de Viticultura y Enología (EVE) ha analizado más de 23.000 muestras, lo que demuestra que es un «servicio esencial para el desarrollo del sector vitivinícola regional» y su ubicación, en Alcázar de San Juan, «es el centro de la zona productiva donde está el vino de Castilla-La Mancha».

Un laboratorio, recuerda el director del Iriaf, abierto a todo el sector vitivinícola «no solo regional y nacional sino también internacional». «Aunque la mayoría de nuestros clientes son bodegas y cooperativas de Castilla-La Mancha, los hay también de otras muchas regiones y lugares», insiste. En la actualidad, además del laboratorio central de Alcázar de San Juan, en el que se registra la entrada de muestras y la emisión de certificados, se cuenta además con la colaboración del laboratorio del Ivicam, en Tomelloso, «donde se analizan aquellas muestras que requieren un equipo instrumental más complejo o de una mayor formación de especialistas». Todo ello, sin olvidar el equipo humano que, en Alcázar de San Juan, está formado por siete trabajadores, además de su director, y las dos personas del laboratorio de Tomelloso.

La enológica recuperó en 2018 la acreditación oficial de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC). Una documentación que beneficia a las bodegas de la región, ya que podrán exportar sus productos a cualquier rincón del mundo con el análisis oficial de este laboratorio, algo que hasta hace tres años no era posible. De esta forma, en 2018 se acreditaron por la ENAC un total de 14 técnicas, mientras al año siguiente fueron 18 y 2020 se cerró con 24 técnicas reconocidas por la Entidad Nacional de Acreditación. Así, uno de los retos por los que se trabajará desde la Enológica será la de aumentar el número de determinaciones acreditadas por la ENAC, ya que la mirada está puesta ahora en el ácido sórbico, «algo fundamental porque lo exige Japón para exportar a este país», y la ocratoxina A «porque lo piden las autoridades chinas en el certificado de exportación».