"No me parecía justo que las mujeres no fueran admitidas"

A. Criado
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Pilar Cervantes fue una de las primeras mujeres en solicitar su ingreso en la Hermandad de la Virgen del Prado tras el cambio de estatutos y la primera que formó parte de una junta directiva

Pilar Cervantes, primera mujer que formó parte de la junta directiva de la Hermandad de la Virgen del Prado - Foto: Tomás Fernández de Moya

En marzo de 2020, cuatrocientos años después de su constitución, la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado recibió el visto bueno del obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, para aprobar la modificación de sus estatutos, dejando vía libre a la incorporación de las mujeres. Una reivindicación histórica que celebró Pilar Cervantes, una de las primeras en solicitar su ingreso, cumpliendo de esta forma con «una ilusión de toda la vida».

«No me parecía justo que no se admitieran a las mujeres; me costaba mucho entender que siguiéramos vetadas, cuando en las hermandades de penitencia se ingresa sin ningún problema, tenemos la misma igualdad y podemos ocupar cualquier cargo», afirma la también hermana mayor del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas, que vivió con expectación todo el debate que se generó en torno a esta decisión.

Además de ser una de las primeras hermanas, Pilar Cervantes se convirtió en la primera mujer que entró a formar parte de una junta directiva de la Hermandad de la Virgen del Prado. Fue, en concreto, el 25 de mayo de 2021, por petición expresa de su presidente, Jesús González. Tuvo dudas al principio, porque ya estaba en la hermandad de Semana Santa y pasaba por problemas personales de índole familiar. No quería involucrarse en una nueva empresa, «si no iba a poder estar al cien por cien». «Al final le llamé y le dije que me iba a dejar llevar por el corazón, porque si lo pensaba fríamente, a lo mejor le tenía que decir que no», rememora. A día de hoy, las mujeres representan ya el 25% de la junta directiva y el número de hermanas sigue creciendo, «a pesar de que hay muchas personas que no se han enterado aún del cambio de los estatutos».

Pilar Cervantes ostenta la vocalía de Formación, Caridad y Cultos de la Hermandad. La pandemia de coronavirus, que ha vivido en primera persona como auxiliar de enfermería en dos residencias de la capital, ha paralizado el área formativa y, por el contrario, ha impulsado las acciones en el ámbito de la solidaridad. En el puente de la Inmaculada se llevó a cabo una recogida de alimentos en varios establecimientos a beneficio de las Hermanas de la Cruz. Además, la Hermandad suscribió un convenio con Mercadona para hacer dos recogidas grandes al año en sus tiendas de la capital. El pasado 1 de junio ya se llevó a cabo una. «Ahora estamos madurando la idea de hacer un mercadillo en otoño para recaudar dinero y pediremos la colaboración a los establecimientos y artistas de la ciudad», apostilla.

Pilar Cervantes está viviendo una Feria «muy especial» porque la Virgen del Prado ha vuelto a salir a la calle en procesión después de dos años. Este 2022, como novedad, los hermanos más antiguos se han situado en los tramos más próximos a la patrona y también han podido salir los jóvenes aspirantes. Para ella, el momento más especial es el regreso a la catedral, cuando los devotos le cantan la salve y el himno. Además de las procesiones (el 22 de agosto se celebra la Octava), la Hermandad estuvo presente en la peregrinación que se realiza la noche del 14 al 15 para asistir a la misa de las seis de la mañana, en la presentación del cartel, la exaltación de la Virgen, este año a cargo de Enrique Galán, y la presentación de los niños a la patrona, «uno de los actos más bonitos».

El objetivo de la junta directiva es que «la Hermandad de la Virgen del Prado esté viva todo el año», con actividades solidarias, como las anteriormente mencionadas, talleres dirigidos a los más pequeños, felicitaciones navideñas en plena calle y visitas al camarín de la Virgen. En la última, muy emotiva, una persona mayor que se había casado allí subió a duras penas con su andador para poder rezar junto a la Virgen. «Bajaban todos pletóricos porque habían podido pasar un rato muy cerca de su patrona», apostilla.