Los piojos también 'vuelven' al cole

SPC
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Los expertos anticipan una probable subida de los casos ante la supresión de las medidas de ventilación, distancia y grupos burbuja en los centros escolares

Los piojos también ‘vuelven’ al cole

Tras más de dos años de pandemia, en los que la incidencia de la pediculosis se ha visto reducida considerablemente como consecuencia de la disminución de los contactos sociales, es previsible que, advierten los expertos, con la supresión de las medidas de ventilación, distanciamiento y eliminación de los grupos burbuja en los centros escolares se incrementen los casos de piojos. De hecho, según el IX estudio CinfaSalud: percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis, realizado en 2019 y avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), casi la mitad de los niños y niñas de entre tres y 12 años tuvo piojos alguna vez en los tres años anteriores a la llegada de la COVID-19. 

Como explica Julio Maset, médico de Cinfa, «ahora que las circunstancias sociales y sanitarias vuelven a ser las habituales de las de la época precovid, la pediculosis o infestación del cuero cabelludo y pelo por piojos va a volver a constituir un problema de salud de alta incidencia en las aulas y hogares españoles, ya que es de esperar que los pequeños de la casa tengan de nuevo un comportamiento de mayor relación entre ellos. 

Ese contacto directo, cabeza con cabeza, es la principal vía de contagio de esta afección. Y es que se trata de una de las más transmisibles, junto al resfriado, por lo que es lógico pensar que su propagación aumentará este curso. 

La investigación de Cinfa y Sefac se basa en un cuestionario online realizado a una muestra representativa de 3.072 padres y madres con hijos e hijas de entre tres y 12 años escolarizados -4.204 niños y niñas-, residentes en todas las comunidades autónomas. 

El informe confirma, además, que en España la pediculosis es más frecuente entre las niñas, ya que seis de cada 10 (55,8 por ciento) tuvieron piojos en los tres años previos a la pandemia, frente a la mitad de los niños (47,5 por ciento). «Este hecho se explica porque el cabello largo supone una mayor superficie de transmisión para los parásitos y porque entre las niñas son más habituales los juegos de cercanía y son más proclives a compartir artículos de pelo», afirma Maset.

La incidencia de estos parásitos en los escolares de seis o más años es también significativamente mayor, ya que, como revela la investigación de Cinfa, este problema de salud lo ha padecido el 55,7 por ciento de los niños y niñas de 10 a 12 años y el 52,8 de los que tienen de seis a nueve años, frente al 42,9 de los más pequeños (de 3 a 5 años). 

El picor, signo frecuente

En cualquier caso, como aclara Ana Molinero, vicepresidenta primera de Sefac, «aunque es muy molesto, el Pediculus Humanus Capitis o piojo humano de la cabeza no transmite enfermedades, por lo que no constituye un peligro para la salud. De hecho, la pediculosis no siempre produce síntomas. «Si los hay, el más frecuente es el picor y la necesidad de rascarse, lo que puede llegar a causar lesiones en el cuero cabelludo», explica.

Quizá por ello, la mayor preocupación de los padres y madres españoles ante esta afección son los picores y las molestias que estos generan (35,2 por ciento), seguida de la posibilidad de que pueda contagiarse el resto de la familia (17,3). Otras inquietudes son el riesgo de transmisión de enfermedades (16,9 por ciento) -pese a que los piojos no son transmisores de patologías-, el «jaleo» que implica el tratamiento (14,4 por ciento), la repulsa que suscitan estos parásitos (8,5 por ciento) y el estigma que pueda suponer el tenerlos para sus pequeños (7,6 por ciento). 

«Como confirma la investigación, la desinformación y las falsas creencias acerca de la pediculosis siguen estando muy extendidas. Por ejemplo, uno de cada cuatro progenitores con niños en edad escolar (24,7 por ciento) sigue creyendo que los piojos están relacionados con una falta de higiene, lo que lleva a algunos padres y madres a temer que traten a sus niños de diferente manera por tenerlos. Este miedo al estigma y la vergüenza es, de hecho, uno de los principales motivos que conduce a los progenitores a no cumplir con la responsabilidad de notificar al colegio que sus pequeños tienen piojos, «lo cual aumenta la gravedad de un problema que, bien gestionado, podría solucionarse rápida y eficazmente», apunta Molinero. 

Casi uno de cada 10 padres (en concreto el 13,3 por ciento) reconoce que no alertaría al centro en caso de verse perjudicado su hijo, a pesar de que siempre debe hacerse. La razón para ello, en uno de cada tres supuestos (29,9 por ciento), es la sensación de humillación y el miedo al desprecio social provocado por la pediculosis. 

Pero relacionar la afección con la falta de higiene no es el único falso mito en torno a los piojos. Por ejemplo, la mitad de los progenitores españoles con pequeños en edad escolar sigue pensando que vuelan de una cabeza a otra (55 por ciento) o que las mascotas contagian (47 por ciento). Además, uno de cada tres (29,2 por ciento) opina que el mejor remedio para eliminarlos es cortar el pelo, algo que, si bien puede facilitar la aplicación del tratamiento, no es necesario y puede generar un mayor trastorno psicológico a algunos menores. Se trata, en todos los casos, de creencias erróneas.

¿Cómo actuar?

El IX Estudio CinfaSalud refleja también que, en nuestro país, las dudas acerca de cómo tratar la pediculosis siguen siendo numerosas, ya que dos de cada tres familias (66,1 por ciento) no supieron exactamente qué hacer cuando sus hijos e hijas tuvieron piojos por primera vez, por lo que necesitaron informarse. 

Según Maset, «los datos revelan que estas infestaciones son ahora más frecuentes y difíciles de tratar debido a un incremento de las resistencias, generadas, la mayor parte de las veces, por una incorrecta aplicación del producto». 

Poner a disposición de los progenitores información completa y veraz sobre qué es la pediculosis y cómo encararla «es necesario para evitar que este problema de salud siga aumentando su complejidad», añade. Y es que, el estudio revela que solamente una de cada 10 familias españolas (13,8 por ciento) toma todas las medidas adicionales recomendadas y que solo una de cada 20 (4,5) aplica correctamente el tratamiento pediculicida y, además, toma todas las precauciones adicionales.