Cara a cara con el cine quinqui

SPC
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El director Daniel Monzón y la protagonista de 'Las leyes de la frontera', Begoña Vargas, analizan la historia de este género que TCM recupera todos los sábados de abril

El cine quinqui es un género genuinamente español de la década de los años 80 del pasado siglo y que la cadena TCM recupera los sábados del próximo mes con títulos tan reconocidos como Navajeros, El pico, Colegas y La estanquera de Vallecas, de Eloy de la Iglesia; Yo, El Vaquilla, de José Antonio de la Loma o Deprisa, deprisa, de Carlos Saura.

«Los quinquis son nuestros forajidos de leyenda, el equivalente a los bandoleros del Oeste americano», afirma el director Daniel Monzón, quien añade que «el cine español ha convertido a personajes como El Vaquilla o El Torete en una especie de mitología». Por su parte la actriz y modelo Begoña Vargas apunta que los chicos que aparecen en esos filmes «no veían ningún futuro». «Vivían la vida literalmente al día. Tenían la mentalidad del carpe diem, porque, a lo mejor, una mañana les pegaban un tiro», añade.

Para este mes tan rebelde en la parrilla de TCM, la cadena ha reunido al director de Las leyes de la frontera -la película que obtuvo cinco premios Goya en la pasada edición celebrada en Valencia- y a Begoña Vargas para hablar sobre este género cinematográfico.

Las leyes de la frontera adapta la novela del mismo título escrita por Javier Cercas, que posee ese espíritu quinqui y rebelde que llenó las pantallas españolas durante varias décadas. Nadie mejor, por tanto, que su realizador, Daniel Monzón, que ganó la estatuilla al mejor guion adaptado por el filme, y su protagonista, Begoña Vargas, para acercar a los espectadores todas las características de estos largometrajes que tanta aceptación tuvieron cuando se estrenaron y que han permanecido en el recuerdo de muchas generaciones de espectadores durante años.

Daniel Monzón recuerda como, siendo niño, se cruzaba con jóvenes quinquis a diario. «Yo vivía justo al final de la ciudad y desde mi edificio veía los descampados por donde se movían», rememora. «Los veía con una mezcla de temor, porque más de una vez me atracaron, pero también de fascinación. Notaba que se regían con unas normas muy distintas a las mías. Había una promesa de aventura que yo veía desde mi ventana. Robaban coches, hacían lo que querían, bebían, fumaban, se drogaban, se saltaban la ley», explica el cineasta.

 

La importancia de la música

Durante el encuentro, tanto Begoña Vargas como Daniel Monzón abordan todos los aspectos que rodearon a estas películas, tanto sociológicos como artísticos. «Las canciones que se utilizaron fueron muy importantes», apunta Begoña Vargas. «El Me quedo contigo de Los Chunguitos que Carlos Saura utilizó en Deprisa, deprisa se hizo mítica», reconoce Monzón, que también destaca el aspecto documental que tenían esas películas, en muchas ocasiones protagonizadas por los propios quinquis.

«Las persecuciones de coches tenían mucho brío. Iban a toda velocidad por la rambla de Cataluña o por las carreteras sin pedir permiso. El cámara se metía dentro del coche y el conductor tiraba a toda velocidad. Esa forma de rodar una persecución hoy es imposible», afirma el realizador. «No puedes conseguir esa autenticidad».

«¿Hay quinquis hoy en día?», pregunta en voz alta Monzón. Yo tengo algunos amigos que son un poco quinquis», reconoce entre risas Begoña Vargas. 

«Es una figura que no va a desaparecer nunca. Es un estilo de vida que se da en determinados barrios y que se diferencia del que hay en otros puntos de la ciudad», explica la actriz. «Así es», afirma Daniel Monzón. «El espíritu quinqui, aunque con ciertas diferencias, permanece», indica el realizador. Y todos los sábados de abril TCM lo revivirá con las mejores películas del género español.