El número de abortos de la provincia de Ciudad Real aumentó ligeramente en el año 2021, según los datos del último informe de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que publica el Ministerio al cierre del año. En total, hubo 714 mujeres que interrumpieron su embarazo, 35 más que en 2020, el año de la pandemia y el confinamiento, pero en una de las cifras más bajas de este siglo. Más allá del dato general, hay un incremento de las interrupciones voluntarias del embarazo, entre las menores de 20 años, con uno de los porcentajes más altos de los últimos años. Más de un 15 por ciento de todas las mujeres que solicitaron técnicas de interrupción están en esa franja de edad y además 106 de las 110 mujeres entre los 14 y los 20 años, que se sometieron a una de estas técnicas indicaron que no habían utilizado ningún método anticonceptivo en sus relaciones.

Desde la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI), a la que se encuentra inscrita la única clínica en Ciudad Real donde se realiza la IVE, Cire, explicaron que ambos datos se encuentran relacionados. Por una parte, hay una mayor concienciación en el uso de métodos anticonceptivos que ha hecho que se haya reducido la cifra de interrupciones. En datos, en 2008 se practicaron 1.072 abortos en la provincia, el mayor dato desde que ase aprobó este derecho reproductivo. Por otra parte, fuentes de la entidad indicaron, que el no usar el preservativo señala más el perfil de quienes tiene que recurrir al aborto, que de la sociedad en general. En cuanto al tercer dato, de las 110 interrupciones hubo 43 menores de edad, diez más que en el año del confinamiento y cuatro más que en 2019. En concreto, hubo una adolescente de 13 años; cuatro de 14; cinco de 15; 18 de 16; y 15 de 17, que usaron estas técnicas de interrupción del embarazo.

La clave para ACAI es que en las leyes del aborto, como la del 2010, actualmente en vigor, a la espera de que se apruebe por el Senado la actual norma, se pone el acento en los derechos de interrupción del embarazo y, no tanto, en otros aspectos de la ley como el desarrollo de la información reproductiva y la promoción del uso de métodos anticonceptivos. «En los países donde hay una educación sexual en las escuelas, aunque tengan leyes del aborto muy progresistas, la incidencia del aborto es muy baja, ya que hay una importante base de educación en anticonceptivos», comentaron desde la entidad. «Los abortos no disminuyen o aumentan por las leyes sino porque haya un buen acceso a la anticoncepción y a la educación sexual y eso no se ha dado aquí». Además, como segundo punto, recordaron que el periodo postpandemia, lleva a una situación prepandemia y que puede explicar la situación de los adolescentes. «En pandemia, las relaciones sexuales se han visto mermadas, con el confinamiento, y la población juvenil es la que más se ha visto afectada».

Nueva ley. «Para nosotros es un paso hacia delante y recupera unos derechos», señalaron desde la entidad ante la inminente aprobación de la nueva ley del aborto y que implicará que las menores puedan interrumpir su embarazo sin estar acompañadas. En este sentido, desde la asociación indicaron que ahora mismo la amplia mayoría va acompañada de sus progenitores, pero el problema es «un pequeño grupo de menores» que pueden venir de familias desestructuradas, de marginación o están sin acompañamiento de padres o en prisión, y que no tienen apoyos a la hora de tomar esta decisión. Implica una de cada diez menores, unas 10 al año en la provincia, en datos de ACAI que no abortarían debido a esos problemas familiares y que afectan a su decisión.

Hay otro aspecto clave para ACAI en la nueva ley, como es que se anulen los tres días de reflexión, porque la mujer cuando decide interrumpir el embarazo ya lo ha reflexionado. «Cuando nos llegan con el más mínimo atisbo de duda les pedimos que lo reflexione», indicaron desde ACAI,quien recuerda que los tiempos deben depender solo de las mujeres. «Hay quienes necesitan tres días, ninguno o una semana y cada mujer es libre de decidir cómo va a afrontar ese momento de su vida».

«No tiene ni pies ni cabeza la nueva normativa», en opinión de Arturo Prieto, el presidente de la asociación San Vicente de Paul, una de las organizaciones que ha tratado de apoyar a mujeres con un piso y otro tipo de iniciativas para evitar las interrupciones del embarazo. «¿Cómo se puede permitir que aborte una niña de 16 años, si para ir a una excursión a la esquina tiene que llevar un permiso a los padres?», dijo Prieto, quien afirma que los que han hecho la ley no deben conocer lo que sufre una mujer tras el aborto. «Es horrible, lo mal que lo pasan las chicas y no es un problema de abortar o no», dijo. Por otra parte, considera que las cifras del aborto no tienen sentido «cuando estamos en media España perdiendo población y se está muriendo gente y no se está reponiendo».