"Los no nacidos tienen menos protección que los animales"

La Tribuna
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El obispo Melgar irrumpe en el debate del aborto con una carta en la que carga contra la nueva ley: "es un avance en la cultura de la muerte"

“Los no nacidos tienen menos protección que los animales” - Foto: Rueda Villaverde

"Los seres humanos no nacidos, que son seres humanos vivos en el seno de su madre, tienen menor protección que los animales". De esta forma, a través de un duro comunicado, se refiere el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, a la reciente aprobación de la ley del aborto, "un retroceso en la cultura de la vida y un avance significativo en la cultura de la muerte" y en la que asegura que los no nacidos, "que son seres vivos en el seno de la madre, quedan sin ningún amparo ni protección jurídica, porque cualquier mujer, incluidas las muchachas a partir de los 16 años, tiene derecho a decidir la muerte, hasta la semana catorce de gestación, del ser vivo que lleva en sus entrañas".

Melgar habla en su carta de un panorama legal que "condena a muerte a todos esos niños a los que no se les va a permitir ver la luz de la vida". "Son -asevera- auténticas víctimas de una sociedad desnortada y sin valores, que los condena a muerte por inocentes e indefensos. Estos niños no tienen voz para defenderse, ni se oyen sus gritos de dolor y reivindicación, pero están reclamando desde el seno de sus madres el derecho a la vida como primer derecho del ser humano, y denuncian la injusticia de su condena a muerte, siendo como son inocentes de toda culpa".

Para el obispo de Ciudad Real, la aprobación de esta ley del aborto y su declaración de constitucionalidad desde el Tribunal Constitucional "está impulsando a las madres que tengan la desgracia de recurrir al aborto a quedar marcadas para toda la vida porque, pudiendo vivir el gozo de la maternidad, han tomado esa otra solución tan distinta que les va a pesar en su vida para siempre".

Melgar apela a "la pura razón humana" para asegurar que "la muerte de los no nacidos en el seno de la madre afecta a toda la sociedad porque nadie que haga un ejercicio adecuado de su razón puede quedar indiferente y aceptar esta sinrazón". "Ya no se trata solo de algo que contradice toda creencia religiosa, es la pura razón humana la que rechaza y la que se rebela contra tal determinación".

"La funesta realidad del aborto denigra y degrada moralmente a toda la sociedad española y la convierte en injusta e insolidaria" y añade que una sociedad que no asegura la vida de los no nacidos, "que acepta el aborto provocado, que desprecia a los débiles, a los enfermos y a los ancianos, que promueve el suicidio asistido y la eutanasia como un derecho, es una sociedad que se ha degradado y corrompido".

Eso sí, Melgar entiende que "no todo está perdido" en un debate público en el que apela a los testimonios "a favor de la vida en ámbitos científicos, culturales, jurídicos, religiosos y sociales, todo ello es el fruto de nuestra concienciación responsable a favor de la vida y en contra de la cultura de la muerte". "Hemos de seguir luchando, concienciando, formando y sensibilizando a nuestra sociedad y a las personas de nuestro entorno en el verdadero valor de la vida, creando cauces y medios concretos que ayuden a las madres en dificultades a defender el valor de la vida de su hijo, para que no se encuentren solas, sino atendidas y acompañadas, tanto económicamente como con toda clase de ayudas, para que no tengan que recurrir a la muerte de su hijo como única salida".

Melgar habla de "la situación angustiosa" que lleva a muchas mujeres a plantearse el aborto para lo que reclama la existencia de «corazones abiertos que les presten el apoyo humano que necesitan para no equivocarse quitando la vida a sus hijos y destrozando la propia". "Fruto de esta dedicación y ayuda prestada a madres y padres en dificultades, podemos celebrar, con alegría y agradecimiento, el testimonio de tantos de ellos que decidieron acoger a sus hijos, reconociendo en ellos un don inestimable que da luz y sentido a sus vidas, y hoy son felices de haber decidido ir por este camino y no por el del aborto en el que habían pensado", insiste Melgar.

"A pesar de esta legislación, que apoya abiertamente la muerte de los no nacidos en el seno de su madre, hemos de preocuparnos por conocer y dar a conocer todas estas instituciones civiles y eclesiásticas, todas esas personas que dedican su vida a dar apoyo a las mujeres gestantes, para que cuando conozcamos cualquier caso de cualquier mujer que está en dificultades para aceptar el don de la vida del hijo y sacarlo adelante, las pongamos en contacto con ellos, seguros de que van a encontrar ayuda y apoyo. Salvaremos muchas vidas", concluye el obispo de Ciudad Real, que anima a seguir "en nuestro empeño de defender la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte", poniendo "todo cuanto esté de nuestra parte para ofrecer cuantas ayudas y apoyo que puedan estar necesitando las madres gestantes, desde las posibilidades personales de cada uno, desde las instituciones, sean civiles o eclesiásticas". 

Accede aquí al contenido íntegro de la carta del obispo Melgar