Es triste morir en la calle, pero no podemos obligar a nadie

M. Espadas / M. Lillo
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Cáritas, Cruz Roja y el Ayuntamiento lamentan el fallecimiento en el Pilar de una persona sin hogar, pero aclaran que en Ciudad Real este colectivo tiene la posibilidad de dormir bajo techo

Fallece una persona en la plaza del Pilar - Foto: Fotos Rueda Villaverde

La muerte este domingo, en plena plaza del Pilar, de Alejandro Heredia, ha llenado de tristeza y consternación a todos los colectivos implicados en la atención a las personas sin hogar de Ciudad Real. Desde la Concejalía de Acción Social del Ayuntamiento, Cáritas y Cruz Roja, integrantes de la Mesa del Frío, se lamentaba profundamente lo sucedido con una persona que conocían a la perfección, pues llevaban años atendiéndola en la calle. Todos comparten un sentimiento de tristeza mezclado con frustración, al tratarse de una persona muy conocida, que solía pedir limosna a las puertas de un supermercado de la calle Ciruela, pero que no quería pasar las noches bajo techo, como en muchas ocasiones se le había ofrecido. 

Así lo dejaba claro ayer la portavoz del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento, Mariana Boadella, explicando que Alejandro «estaba siendo atendido, al igual que todas las personas sin hogar. Se le había ofrecido alternativas, que había rechazado», y añadía que incluso se solicitó a Fiscalía una valoración judicial «por si fuera necesario aplicar un sistema de apoyo y curación debido a la enfermedad que padecía».

La punta de lanza de esta Mesa del Frío es la Unidad de Emergencia Social (UES) de Cruz Roja, formada por una docena de voluntarios que salen a la calle todos los días del año para ofrecer atención a los sin techo. Su responsable, Luis Fernando Sendarrubias, recibía la noticia con «tristeza», recordando que «era una persona que conocíamos bien y siempre ha tenido un buen trato hacia nosotros». La UES atiende cada día en la capital a más de una decena de personas sin hogar, a las que proporciona comida, bebida, ropa, mantas y «apoyo humano», como destaca Sendarrubias, además de ofrecerles la oportunidad de pasar la noche a cubierto, algo a lo que el fallecido se negaba.  Desde Cruz Roja se garantiza que en Ciudad Real nadie se ve obligado a dormir en la calle, y mucho menos en invierno, «aunque tampoco podemos obligar a nadie».

Centro Jericó.

El centro Jericó, gestionado por Cáritas, es la primera opción que tienen las personas sin hogar de Ciudad Real para no tener que dormir a la intemperie. En la actualidad sus once plazas están cubiertas, pero como aclara su director, José Márquez Cubero, «si no hay sitio libre, siempre buscamos una alternativa», como puede ser derivarlos a dos hoteles con los que existe un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento, La Frasca y El Molino. El director de Jericó lamenta el fallecimiento de Alejandro, «porque es muy triste morir en la calle», pero insistía en que «él ha venido a nuestro centro las veces que ha querido. Siempre tenemos las puertas abiertas para las personas sin hogar que se planteen un cambio en sus vidas, pero su elección es libre».

En el Centro Jericó, donde trabajan ocho profesionales, no solo se ofrece un techo bajo el que dormir, comida caliente y otro tipo de necesidades básicas, sino que pone al servicio de sus usuarios un proceso de recuperación personal, que empieza por la ruptura con la vida en la calle, con un «acompañamiento integral para que estas personas puedan tener una vida digna», explica su director, aunque todo con un punto de partida que les condiciona: «La libertad de las personas a elegir; si no quieren que les atendamos, no podemos hacer mucho más». En 2020, un total de 193 personas fueron atendidas en Jericó, muchas de ellas en varias ocasiones.

Por todo ello, desde Cruz Roja, Cáritas y el propio Ayuntamiento se insiste en que todas las personas sin hogar de Ciudad Real tienen a su alcance los servicios suficientes para dormir bajo un techo y tener cubiertas todas sus necesidades básicas.