Los cerealistas ven ahora con optimismo la campaña de siembra

M. Lillo
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Una gran parte se había hecho «en seco» debido a la sequía y el sector vivía con preocupación su evolución, si bien las lluvias registradas garantizan que «todo lo sembrado vaya a nacer»

Una explotación de cereal tras las lluvias registradas esta semana. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Hace apenas una semana el sector cerealista vivía en vilo. Había realizado buena parte de las siembras  en un terreno completamente seco por la sequía y veía con «mucha preocupación» la posibilidad de que estas siembras no dieran sus frutos. Eso, tras haber hecho un importante desembolso de dinero, ya que todos los costes agrarios han experimentado una subida de precios, sobre todo, los fertilizantes.

Ahora, sin embargo, el escenario es completamente diferente y la 'culpable' es la borrasca Efraín, con el tren de precipitaciones que ha traído y con el que ha 'regado' el conjunto de la provincia.

Por esta razón, el sector cerealista ha pasado de la incertidumbre al optimismo. «Con las lluvias, todo lo que se ha sembrado va a nacer», aseguró a este diario el portavoz de la Sectorial de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias, José María Ciudad, quien comentó que había «preocupación» en cuanto a la nascencia de los cereales y las lluvias no sólo han dado tranquilidad, sino incluso «alegría».

Explicó que una gran parte de este cultivo se había «sembrado en seco» y, de hecho, en el campo ya está plantada la semilla de «casi el 90% de los cereales», mientras que el otro diez por ciento se estaba esperando a las posibles lluvias antes de invertir en esta tarea. Desde septiembre, octubre y, sobre todo, el mes de noviembre, los cerealistas se ocupan de esta siembra.

En esta ocasión, se da la circunstancia de que no sólo las lluvias han venido a agraciar al campo, sino también las temperaturas, que se mantienen suaves. Lo esperable es, prosiguió Ciudad, que en el mes de enero bajen y que eso paralice el crecimiento de la planta para después favorecer su desarrollo durante la primavera. Todo ello sería un buen guión para dar como resultado una buena campaña de cereal en 2023.

No obstante, el sector también ha estado sumido en las dudas por otra circunstancia: «Es un año nuevo de PAC y ha habido mucha incertidumbre sobre las condiciones», de manera que si bien ahora «se va permitir no dejar barbecho» por aquello de la bajada de producción que supuso la guerra de Ucrania, todavía se desconoce el porcentaje que puede acogerse a esta posibilidad, teniendo en cuenta que en el caso de los cereales tienen tres opciones para los ecoregímenes: sembrar directamente; dejar espacios para el fomento de la biodiversidad y dejando cereal sin recoger o destinar un 10% a otros cultivos como las leguminosas o  oleaginosas. De hecho, Ciudad afirmó que «este año hay una gran demanda de leguminosas».

También -dijo- hay «un precio desorbitado» del fertilizante, por lo que a nivel nacional e incluso mundial se ha utilizado menos, lo que en este caso puede jugar en contra y suponer una menor productividad.

En cuanto a los precios, reconoció que se si bien fueron altos, ahora se han situado «cerca del nivel de preguerra», es decir, se han estabilizado y ahora «parece que el mercado es bajista», aunque subrayó lo imprevisible de un mercado que ha registrado «una montaña rusa y en el que cualquier noticia afecta». 

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