«Estas fiestas de Valdepeñas son vida, hay que dejarse llevar»

M. E.
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Entrevista con el alcalde, Jesús Martín, con motivo de las Fiestas de la Vendimia y el Vino 2022

Jesús Martín, alcalde de Valdepeñas. - Foto: Rueda Villaverde

Leiva y Beret pueden ser los dos grandes nombres propios de las LXIX Fiestas de la Vendimia y el Vino de Valdepeñas, pero sus conciertos suponen un pequeño porcentaje del gran número de actividades que contempla el programa de unos días de celebración que se han echado de menos en los dos últimos años.

 

¿Cómo afronta el alcalde estas esperadas fiestas valdepeñeras?

Para un alcalde y los que estamos en la organización estos días previos y los de las fiestas son como un sin vivir, porque hay que estar pendientes de todo. Después de tantos años uno aprende a controlarse, pero la preocupación siempre está ahí. Un alcalde no está para vivir las fiestas, sino para encargarse de que las vivan otros.

 

Se ha elaborado un programa tan amplio como variado.

Tenemos unas 130 convocatorias concentradas durante siete días de fiestas, lo que supone una media de unas quince al día. Desde luego aquí no se va a poder aburrir nadie. El que no le guste el fútbol que se vaya al tenis, el que no le guste las migas, que aprenda a hacer tortillas, o que corra una pequeña maratón o que juegue al paintball... El que no se divierta será porque no quiera.

¿Qué novedades destaca de este programa de actividades?

Quizás la celebración de los conciertos de Leiva y Beret en la plaza de toros, donde sí se puede controlar el aforo y además aliviamos la presencia de personas en la plaza de España, donde en otras ocasiones no ha pasado una desgracia porque tiene que haber Dios, porque motivos hemos dado. Si en los conciertos de otros años, como uno de Azúcar Moreno, en esos momentos alguien hubiera sufrido un infarto o un ataque de ansiedad, hubiera sido imposible acceder a la plaza.

Además, hemos incorporado el Festival de Folclore, coordinado con el de Ciudad Real; cambiamos de fecha la corrida de toros para liberar la plaza para los conciertos, hay actividades de nuevos colectivos y retomamos la cena con los mayores, que llevamos tres años sin juntarnos con ellos, y ellos son los que más han sufrido... También son novedad unas jornadas de conocimiento cultural que culminan con una cata en el Museo del Vino y que empiezan visitando los ancestros de Valdepeñas en el Cerro de las Cabezas.

Por lo demás, el programa puede ser muy parecido al de otras ediciones, pero con distintos actores. Pero, después de dos años sin fiestas, podemos decir que la gran novedad es que estamos de estreno de fiestas, porque van a ser como nuevas.

El deporte también tiene una presencia importante en estas fiestas. Incluso se va a estrenar el velódromo, ¿verdad?

No vamos a hacer una inauguración oficial porque aún quedan algunas actuaciones de alicatado de baños, que estarán listas en unas semanas. Después de varios años construyendo el velódromo, al final tendremos un complejo deportivo porque el centro de la pista se va a aprovechar para hacer pistas de tenis, baloncesto y fútbol sala. Valdepeñas tiene un velódromo que nunca usó porque estaba mal hecho, y yo prometí hacerlo bien, en principio con un presupuesto de 300.000 euros, pero empezamos a añadir 'yaques', de 'ya que lo hacemos le ponemos esto y lo otro', y ahora estamos en 1.200.000 euros. El caso es que ha quedado una infraestructura espectacular y como pensábamos que íbamos a estar a tiempo para estas fiestas, se organizó una competición que no hemos querido suspender. Además, este centro deportivo vendrá a aliviar otras instalaciones de la ciudad, y el barrio del Lucero, que hasta ahora no tenía instalaciones deportivas, va a tener una de lujo.

¿La plaza de España seguirá siendo el corazón de las fiestas?

Sí. Allí se van a celebrar otros conciertos -Ana Guerra, Álvaro de Luna, Dani Fernández y Huecco-, habrá orquestas y bailes por la noche, allí se celebrarán casi todas las actividades, mientras que las asociaciones se concentrarán en la plaza de la Constitución. El sístole y el diástole de las fiestas de Valdepeñas se darán en la plaza de España y de la Constitución, con la Iglesia de la Asunción como ventrículo al estar en medio.

¿Teme que todo este tiempo de obligada ausencia de fiestas patronales pueda traducirse en que la gente las retome con demasiadas ganas y baje la guardia en su responsabilidad?

Es obvio que la pandemia nos ha hecho diferentes, y es posible que nos haya dado un impulso del carpe diem. Hemos estado dos años encarcelados, primero físicamente y materialmente, pero sobre todo psicológicamente en nuestros miedos, circunstancias y mascarillas, y ahora hemos eclosionado, y eso es natural. Pero es cierto que lo que llevamos de fiestas, la gente se lo está pasando bien sin hacerlo pasar mal. En esto tengo mucha confianza de que todo va a salir bien.

¿Por qué hay que ir a Valdepeñas a conocer las Fiestas de la Vendimia y el Vino?

Porque estas fiestas son vida. Yo siempre digo que son las únicas fiestas que yo conozca en las que puedes ir sin dinero y pasarlo bien. Valdepeñas tiene un poco de zoco, vive mucho en la calle, y puedes estar apoyado en una barra y encontrarte con un desconocido que te invita a tomar un vino porque sí. Las Fiestas del Vino han tomado esta dimensión porque las hace la calle y se hacen en la calle. Además, Valdepeñas tiene un tejido asociativo muy potente y aprovechan estas fiestas para celebrar sus actividades, muchas de ellas solidarias. Todo eso otorga un concepto de hermandad, de concepto grupal, de solidaridad, de compartir...

A todo eso hay que unir los grandes conciertos, los actos institucionales (que en su mayoría suelen resultar aburridos), actos culturales como la Exposición Internacional de Artes Plásticas, pero la clave de las Fiestas de la Vendimia y del Vino está en la idiosincrasia del valdepeñero, que hace que todo aquel que llega aquí se sienta de Valdepeñas y no de otro lugar.

¿Qué mensaje les manda a los valdepeñeros ya los visitantes de cara a estos días de celebración?

Que se lo pasen bien. Aquí se trata de ser felices, de compartir las fiestas. Es probable que nos acordemos de los que nos han dejado estos dos últimos años, pero disfrutar es el mejor homenaje que les podemos rendir. Estas fiestas son vida, hay que disfrutarlas y dejarse llevar.

Y después, a pensar en clave política en la recta final de la legislatura. ¿Se volverá a presentar a la reelección?

Eso se lo pediremos a los Reyes Magos. Tiempo hay. Estoy en la dicotomía del sí y el no, así que tendré que decantarme antes de Navidad y hablar con los compañeros y el partido. Llevo veinte años como alcalde y ésta es mi vida, porque por ello me levanto todos los días, me acuesto por las noches y me hace sentirme realizado, y tengo una ambición desmesurada por la ciudad. Son muchos años ya, pero también hay muchos proyectos por materializar que se han retrasado por la pandemia. La gestión política no es un libro que lees, sino un libro que escribes, y creo que cada vez me quedan más páginas por escribir.