Luis Palencia (30-10-1970. Vitoria) es mucho más que el presidente del Viña Albali. El fútbol sala es su pasión y para todo lo que necesita el club ahí está el primero. Por ello, y tras el exponencial crecimiento que está viviendo la entidad en los últimos años, no oculta sentir una gran responsabilidad como uno de los grandes embajadores de la ciudad del vino. 

¿Qué balance hace de la temporada?
Es un balance sobresaliente. A todos nos queda esa espina de la final de la Copa del Rey. Con cuatro años en Primera División, disputar todas las fases finales de todos los títulos, algo que solamente ha logrado el Jaén también este año, creo que tiene mucho mérito.

Todo eso en una campaña marcado por las salidas en enero de Chino y Catela...
Fue muy duro. No sé qué hubiese pasado con ellos, pero los que se quedaron dieron un paso adelante. Los propios jugadores se unieron más y quisieron demostrar cuál era su valía.

El presupuesto va a crecer en torno a un 20% y cada año se les exige más, ¿cómo lo asume?
Los primeros que nos exigimos somos nosotros, pero es verdad que percibimos que el aficionado también nos exige. Vamos a intentar subir un nuevo escalón. Nos reunimos con el patrocinador para explicar que había que hacer ese esfuerzo y siempre ha estado ahí, como ya demostró en la pandemia. También pediremos un poco más a otros patrocinadores y colaboradores y también a nuestra afición. Esto es Primera División y el equipo está luchando con los mejores, por eso les pedimos esa colaboración. Será un presupuesto aproximado de 1.200.000 euros.

¿Se puede pensar entonces en grande para la temporada 2022-23?
El primer objetivo debe ser seguir clasificándonos para la Copa de España y play off por el título, y si podemos meternos de nuevo en la 'final four' de la Copa del Rey, pues mucho mejor. Cada competición tiene sus peculiaridades y es muy difícil ganar títulos. 

El club ya se ha ganado el prestigio de este deporte y son muchos jugadores los que desean unirse al proyecto del Viña Albali. ¿Cómo lo han conseguido?
Ahora dices Viña Albali a un representante o a un jugador y ya saben que estás hablando de un buen equipo. No es lo mismo que cuando acabábamos de subir a Primera. Entonces fichar era mucho más complicado. Ya saben que este proyecto cada año va siendo mejor.

Están apostando por contratos de larga duración. ¿Cuáles son las razones?
Ya lo hicimos con David Ramos, técnico del equipo, que le firmamos tres temporadas. Cada club trabaja de una manera y yo estoy convencido de que lo primero que había que afianzar era el entrenador. A partir de ahí ya puedes hablar con jugadores y decirles que tienes a este entrenador por tres años y apostar por ellos, como mínimo, dos temporadas.

¿Qué papel desempeña la afición?
Hacen un gran esfuerzo. En Valdepeñas el pabellón siempre está lleno y fuera nos arropan en muchos desplazamientos. Es lo más importante de este club, sin ellos esto no tendría sentido. Para abonados destinaremos aproximadamente el 80% del aforo porque el resto hay que reservarlo para entradas y para el rival.

¿No le da vértigo como presidente de un club humilde el crecimiento que está teniendo el equipo?
Vértigo no, pero responsabilidad sí. Cada vez sientes más esa presión de tener que hacer bien las cosas y no equivocarte. Ahora bien, hay que ser conscientes de quiénes somos. Ojalá llegue la próxima temporada un título, pero es muy difícil.