Fernández y Fernández

Manuel Espadas
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Los hermanos Carlos y Juanjo, ilusionados ante su primera oportunidad para jugar juntos

Carlos (izquierda) y Juanjo Fernández, en el centro del preparador físico Javier Ortiz. - Foto: Rueda Villaverde

Juanjo Fernández puso fin a su aventura francesa en el Istrés y a sus 29 años regresará a la Liga Asobal. Lo hará en el equipo en el que se formó como jugador profesional entre los años 2011 y 2013, el BM Cuenca. Allí se reencontrará con su hermano pequeño, Carlos Fernández, que con solo 20 años acaba de cerrar su segunda campaña como jugador de la máxima categoría del balonmano español. Será la primera vez que jueguen juntos (con el Ademar compartieron entrenamientos, pero Carlos no llegó a debutar con el primer equipo), y lo harán en una campaña 2022-2023 que a ambos se les presenta llena de alicientes: convivirán en el vestuario en el pabellón El Sargal y competirán en Europa, concretamente en la EHF European League.

Juanjo Fernández ya sabe lo que es jugar en Europa. Lo hizo en las filas del Atlético de Madrid en la Liga de Campeones, y repitió experiencia con el Ademar León, donde también jugó un año la antigua Copa EHF. Para Carlos será la primera vez, y eso le llena de emoción.

Atrás queda una temporada positiva para Juanjo en Francia, aunque le hubiera gustado tener más protagonismo ofensivo, y agridulce para Carlos en Cuenca, marcada por sus problemas de hombros en la primera mitad de campaña. Ahora, juntos, miran con optimismo a un nuevo año en el que el uno va a tener muy cerca al otro: el mayor al pequeño como espejo de lo que él fue hace un tiempo, y el pequeño al mayor como toda una referencia, en el deporte y en la vida. 

Fernández y FernándezFernández y Fernández - Foto: Rueda Villaverde«Es como revivir todo aquello. Es difícil que dos hermanos, que se llevan 8 años, puedan estar en el mismo equipo, pero por suerte vamos a poder hacerlo. Para mí es un orgullo», afirma Juanjo. «Para mí va a ser un plus de tranquilidad. Mi hermano es una persona que me va a aportar mucho a la hora de tener tranquila la cabeza. Juanjo me puede dar ese extra de confianza que me falta. Él me conoce bien y sabe lo que me va a venir bien y mal», admite el pequeño de los Fernández.

Por delante tienen un año que les hace especial ilusión. Juanjo llega a Cuenca como fichaje estrella de un proyecto que aspira a cotas altas. «Han hecho el mejor equipo posible. A mí me dieron confianza y me pidieron que fuera como la pieza clave para poder jugar en Europa. Aquí en Cuenca creo que jugaré más en ataque, voy a hacer todo lo posible por ello, pero al final nadie me va a regalar nada, pero en teoría es la idea que tienen ellos y la que tengo yo. El objetivo debe ser estar lo más cercano posible al primer puesto, dar algún susto y repetir clasificación para Europa», explica el ex del Istres.

Para Carlos, la nueva temporada debe servir para enterrar la última, de la que no guarda buen recuerdo, primero por estar lesionado y después por pasar demasiado tiempo en el banquillo. «Esto me ha enseñado que tengo que trabajarme las cosas y que nadie me va a regalar nada, y me motiva a la hora de pensar que estoy haciendo las cosas bien y que cuando me llegue una buena oportunidad y disfrute de más confianza, sé que voy a hacer las cosas bien y voy a estar más tranquilo en la pista».

Fernández y Fernández
Fernández y Fernández - Foto: Rueda Villaverde
Para Juanjo Fernández, este regreso a España no significa que cierre las puertas a otra posible aventura europea, aunque se imagina jugando en Cuenca más allá de los dos años de contrato firmados. «Voy a estar muy a gusto estos dos años en Cuenca y si puedo renovar, mejor, porque tienen un buen proyecto a medio plazo, con un pabellón nuevo y con el deseo de que sea una ciudad de balonmano, como lo fue Ciudad Real. Saben que se puede hacer algo bonito». Para Carlos, que termina contrato en 2023, la perspectiva es diferente y reconoce que siempre está el sueño de salir alguna vez fuera para descubrir cómo son las cosas fuera de España, probar esa experiencia. No cierro las puertas por si alguna vez surge la posibilidad».

 

REFERENTES. Juanjo y Carlos no se obsesionan con el futuro y sonríen cuando hablan del presente. Ambos se conocen muy bien y saben el privilegio que supone tenerse al lado. «Carlos es una persona constante y con fuerza mental, aunque él no lo crea. Tiene mucho potencial, tanto en ataque como en defensa. Tiene 20 años y está más grande que yo. Puede jugar en todos los puestos, como a mí me pasaba. En él me veo yo de pequeño. Tiene carácter y tiene que aprender a demostrarlo y a no hacerse pequeño».