No fue el mejor año para la construcción de vivienda nueva en la provincia. El 2022 arrancó con buenas expectativas, pero a medida que pasaban los meses en el calendario se fue topando con dificultades que lastraron la tendencia al alza: primero la demora en la distribución de materiales tras el parón que supuso la pandemia y después su encarecimiento por la subida de la inflación y la guerra de Ucrania. De este modo, el balance fue peor que el año anterior: 2022 se cerró con 944 viviendas nuevas visadas, frente a las 1.087 del año anterior, es decir, un 13,15 por ciento menos. 

«En 2022 empezó a caer a partir del segundo trimestre», detalló a este diario el presidente del Colegio de Arquitectos de Ciudad Real, Federico Pérez Parada, quien recordó que este freno a la construcción de viviendas se ha debido también a la subida de los tipos de interés, que ha hecho que muchas familias aparquen el sueño de estrenar una casa nueva debido al mayor coste que tienen las hipotecas. 

El resultado es un sector que no ha imprimido la velocidad de crucero que le hubiera gustado, teniendo en cuenta que «2021 no fue malo», ya que superaron el millar de viviendas visadas, aunque 2022 tampoco fue uno de los años negros que vivió el sector con motivo del pinchazo de la burbuja inmobliaria, cuando los visados tocaron suelo, con menos de 500 al año en toda la provincia. 

 Los datos del visado se refieren tanto a la construcción de unifamiliares como de bloques de pisos, y dependen en gran medida de si se trata de municipios más grandes o pequeños y también de la actividad económica que generan. 

La radiografía de la construcción de vivienda por municipios releva que Ciudad Real capital tira del carro con 161 viviendas, seguida, a gran distancia, de Alcázar de San Juan, con 62; y de La Solana, con 51. El presidente del Colegio de Arquitectos puso el foco en lo llamativo que resulta que un municipio de menor tamaño como La Solana, con unos 15.300 habitantes, esté teniendo una tendencia al alza en la construcción en los últimos años, lo que considera que guarda relación con la pujante actividad económica de la localidad. 

En el lado contrario se encuentra Puertollano. A pesar de ser la segunda localidad más poblada de la provincia, por detrás de la capital, sólo promovió el año pasado la construcción de 17 viviendas. Se trata de una cifra que va en la tónica de los últimos «dos o tres años». «No hay actividad inmobiliaria», comentó Pérez Parada en referencia a lo llamativo que resulta que la principal ciudad industrial de la provincia no cuente casi con obra nueva residencial. 

Los datos facilitados por el Colegio de Arquitectos de Ciudad Real también revelan que en Tomelloso se promovió la construcción de 46 viviendas; en Valdepeñas 40; en Daimiel 36, en Poblete 31, en Manzanares 27, así como 13 en Villarrubia de los Ojos y en Bolaños de Calatrava, 7 en Carrión y cuatro en Almodóvar del Campo. 

En estos quince municipios de la provincia se promovieron hasta 536 viviendas, más de la mitad del total de la provincia durante 2022, mientras que en los 87 municipios restantes se impulsaron las 408 restantes, teniendo en cuenta que en la mayoría de ellos las cifras de viviendas promovidas son muy reducidas, con tan sólo una o dos.