No es habitual, pero el precio que ha alcanzado en estos días el melón en España ha acabado colándose en el Congreso de los Diputados y fue uno de los titulares del día. El diputado de Esquerra Republicana de Cataluña Gabriel Rufián interpeló al presidente del Gobierno acerca de si sabía el importe que había llegado a pedirse en el país por este producto: 13 euros, y 12 euros la sandía, dijo el propio Rufián.

Se trata de unos precios desorbitados que el presidente de la Interprofesional del Melón y la Sandía de Castilla-La Mancha, Cristóbal Jiménez, atribuyó a que «está saliendo poco, más tarde de lo normal y de una calidad mediocre». Y eso es consecuencia- explicó- de que las lluvias de primavera dieron al traste con las plantaciones de Murcia, comunidad que inicia el ciclo de producción en España, de manera que tuvieron que volver a plantar, con la demora que eso ha supuesto, y ha provocado ese desajuste entre la oferta y la demanda. Así, a menos producto, más se paga.

A Murcia le sigue la cosecha de Almería y después la de Castilla-La Mancha, región que acapara en torno al 26% de la producción nacional y que comenzará su recogida a mediados de julio y hasta principios de octubre, de manera que con el melón y la sandía que llegue a partir de ahora de Murcia y también el producto de Andalucía y de Castilla-La Mancha, confía en que «se normalizará» la situación y «se estabilizará el precio».

El sector confía en que el precio del melón "se normalice" - Foto: Rueda Villaverde

En este sentido, reconoció que el precio en los establecimientos se ha llegado a situar en los 1,80 euros el kilo de melón y hasta los 2 euros el kilo la sandía, cuando indicó que «por encima de un euro el kilo, los tres eslabones de la cadena no pierden», pero si está «por debajo de ese precio, alguien pierde», dijo contando ya con la actualización de los costes de producción, que se han incrementado en todos los eslabones de la cadena y que señaló que en el caso del agricultor puede estar en torno a un 30% más. No obstante, aseguró que «son precios coyunturales y por unas circunstancias especiales» que, de mantenerse, «no sería bueno para nadie».

«Confío en que se estabilice en las próximas semanas y tengamos unos precios razonables para que cuando el consumidor vaya a comprar no lo encuentre al precio que decía el diputado», agregó para evitar que retraiga el consumo.

Y eso en una campaña del melón y la sandía en Castilla-La Mancha que estará marcada por una menor superficie cultivada, un incremento de los costes de producción y una queja: la falta de ayudas por parte de la Administración para hacer que despegue un cultivo que es eminentemente social en esta tierra. En este sentido, explicó que el año pasado se registraron dos hechos que hicieron que fuera «un año horrible» para el sector: se incrementó la siembra después del aumento de la exportación en 2020, pero se registraron unas condiciones meteorológicas desfavorables en Europa, lo que hizo que se pagara un 40% por debajo del coste de producción por la sandía. Se perdieron, dijo, unos 4.000 euros por hectárea de sandía, que tiene un coste de producción de unos 10.000 euros.

Así, aunque el coste que se ve en los supermercados es alto, no es aún producto de la tierra, por lo que hay que esperar -dijo- al arranque de la campaña en la región para ver cómo se sitúa y si para entonces cubren costes o no.

De momento, lo que ya tienen encima de la mesa es un incremento de entre el 25 y el 30 por ciento de los costes de producción, por lo que pidió que haya un reparto justo de los tres eslabones que intervienen para que el producto llegue del campo a los establecimientos comerciales. «Si la ley de la Cadena Alimentaria se desarrolla y se aplica en toda su extensión, ninguno de los tres eslabones perdería», dijo para poner de relieve que «el agricultor es el único que pierde porque el resto, si no gana, no compra».

Por ello, se refirió a los retos que tiene por delante el sector y a su relación con la administración. «Nos llevamos muy bien con la Administración, nos damos muchos besos y abrazos, pero ayudas, la Interprofesional, no ha recibido de la Administración ni un euro, ni vía gestión, ni vía económica». Por ello, habló de un puñado de «quijotes», de agricultores y distribuidores, que están «muy comprometidos» con este cultivo y que luchan por sacarlo adelante.