"Con cuotas de igualdad reales,la violencia será un mal sueño"

Hilario López Muñoz
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"Con cuotas de igualdad reales,la violencia será un mal sueño" - Foto: Rueda Villaverde

¿Qué más hay que hacer para frenar la violencia de género?

Hay que seguir trabajando en la línea que se está haciendo, que es la de dar seguridad a las mujeres y que sepan que si tienen una situación de violencia hay recursos públicos para atenderlas. Tenemos que combatir el discurso negacionista que hace mucho daño a las víctimas, las hace más débiles e incluso empodera a los maltratadores. Hay que desterrar el discurso negacionista de nuestra vida política porque hace daño. Hay que seguir mejorando y formando, tengo una obsesión con la formación y, de hecho, el año que viene tenemos un paquete importante de formación que está dirigido a profesionales de servicios sociales y centros de menores para que prevengan o sepan detectar situaciones de violencia sexual. También vamos a seguir formando en el ámbito sanitario y de la administración para saber atender a una víctima de violencia de género adecuadamente. Creo mucho en este ámbito de la formación y la especialización, no se puede obligar a nadie, pero sí ofrecerla y nos ha dado muy buen resultado, especialmente en el ámbito educativo, donde ha habido mucha incidencia de la Consejería para formar a docentes en esta materia y ha habido muy buena respuesta. En este momento tenemos 400 centros con planes de igualdad. A partir de ahora serán todos porque lo establece la ley, pero antes de que lo establezca la ley ya teníamos más de 400 centros. Hay que seguir trabajando en muchos frentes, la educación, la sensibilización, la prevención y luego la atención y la protección. La atención es muy amplia con los centros de acogida y de la mujer, pero también con las ayudas al alquiler, las de empleabilidad y la protección. Le corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a la Justicia, pero desde el Gobierno regional también protegemos con los recursos de acogida.

¿Está creciendo o decreciendo la violencia de género en la región?

Hay más denuncias porque hay más percepción de que no se debe tolerar y de que hay salida y recursos, pero queda mucho por hacer porque existen muchas violencias. No solo está la física, está la emocional, la sexual, la vicaria, que es la que se ejerce en contra de los hijos. Hay mucha violencia todavía y estamos en un país donde los hombres saben mayoritariamente que no son dueños de las mujeres y no ejercen violencia contra las mujeres, pero lamentablemente aún hay una mentalidad patriarcal en algunos hombres que hacen que ejercen esa violencia cuando las cosas no salen como ellos quieren o quieren controlar a una mujer. 

¿Es una utopía pensar que se va a acabar la violencia de género?

Yo tengo ese pensamiento, pienso que es posible, aunque no sé si lo vamos a ver los que estamos ahora. Eso pasa por conseguir la igualdad real y material entre las mujeres y los hombres. Una vez que las mujeres no juguemos ese rol secundario en relación con los hombres, es muy difícil que se mantenga ese tipo de violencia que se ejerce desde una posición de supuesta superioridad. Si conseguimos cuotas de igualdad reales, la violencia de género será un mal sueño. La violencia va a seguir existiendo, pero será otro tipo de violencia, ojalá acabáramos con toda la violencia. La de género está basada en la desigualdad y mientras no atajemos las desigualdades es imposible acabar con ella. 

¿Es posible soñar en esa utopía con el reggaetón o el acoso en redes sociales que hay en la actualidad?

Nuestra gente joven se enfrenta a retos que nosotros no nos enfrentamos. Cuando yo era joven, tengo 50 años, han pasado décadas, la mentalidad era más conservadora en este sentido y era más difícil hacer comprender que las mujeres tenemos las mismas capacidades que los hombres, Ahora, las chicas y los chicos se enfrentan a estímulos constantes sobre la hipersexualización de los cuerpos de las mujeres, por ejemplo, y a que ellas tienen que estar siempre perfectas, exuberantes y exhibiéndose. Eso se traduce, entre comillas lo digo, en que se convierten en objetos para el placer de alguna manera, aunque sea visual y esto las está cosificando. Es un riesgo de retroceso bastante serio. 

¿El negacionismo es misoginia?

El negacionismo es oportunismo, posiblemente también misoginia, porque detrás está eso de las denuncias falsas y se arguye a un dato que no existe, no lo ofrece el Consejo General del Poder Judicial. Creo que hay oportunismo al buscar un espacio político y me parece más grave, porque quien ejerce el negacionismo desde lo político es consciente de lo que está haciendo y, en ese sentido, tiene mucho delito. 

¿Hacen falta feministas en política?

El feminismo debe ser transversal. Está instaurado en la izquierda y, sin embargo, en la derecha está de moda meterse con las feministas. Yo no entiendo nada, porque es gracias a las feministas como Clara Campoamor, por ejemplo, por lo que podemos votar las mujeres. Campoamor era una feminista declarada como tantas que han luchado por los derechos que podemos disfrutar. Los derechos no han venido solos o porque tocaba, han venido porque durante décadas ha habido mujeres que han sido la punta de lanza, enfrentándose contra un sistema patriarcal que esperaba que las mujeres solo se quedasen en casa, cuidando a los hijos e hijas. Ellas salieron, reivindicaron, escribieron y pensaron  y construyeron esa idea sobre la base del sentido común, gracias a ellas tenemos los avances sociales que tenemos hoy. Solo por eso merece respeto el feminismo. 

Hace cuatro años de la nueva ley de violencia de género en la región, ¿qué ha supuesto?

La ley ha colocado en el debate público algo importante y es que la violencia de género, que normalmente hemos tenido como la violencia que se ejerce contra las mujeres en el ámbito de la pareja y la ex pareja, es más.  Es una violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujeres. Voy a poner un ejemplo claro, la mutilación genital femenina. Se produce, porque es una mujer y no tiene derecho al placer sexual. Eso es violencia patriarcal, machista y de género. No se mutila genitalmente a los hombres porque sobre ellos no cae el honor de nadie, ellos no pecan. Es verdad que hay quien puede pensar que eso pasa en países sin desarrollar, pero pasa en España. Todas las violencias se ejercen desde una posición de superioridad y en la de género, desde una posición de superioridad del hombre maltratador contra la mujer a la que quiere dominar.