De un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda reivindicar el acento andaluz en la vida pública. Y no hay argumentos ni motivos para estar en contra. ¿A quién puede parecerle mal a estas alturas que paseen su pronunciación por el telediario, el Congreso, el consejo de administración....?
Estaría bien extender la reivindicación al resto de acentos. Incluidos algunos dejes murcianos, aragoneses, castellanos o manchegos, que no han ganado tan buena prensa como el andaluz.... y de los que se suelen reír en Sevilla. Hablar con expresiones y cadencias de pueblos y capitales de provincia, del interior. Maneras de expresarse que suelen despertar más chistes, burlas y desprecios.
Incluso dentro de Andalucía hay acentos y acentos. La investigadora Rocío Cruz ha dedicado tiempo y trabajo a analizar la pronunciación de los políticos andaluces en Madrid. Resulta que el seseo cordobés y sevillano se exhibe ya sin complejos, pero no ocurre lo mismo con el ceceo, el jejeo y otras maneras de expresarse en provincias como Almería, Jaén o Huelva.
Con la pronunciación castellana creo que pasa algo parecido. Es la 'estándar' y la más aceptada cuando suena como suena en según qué barrios de la capital de España. Pero muy pocos políticos sacan pecho en el Parlamento expresándose como se expresa la gente en un pueblo de la sierra conquense, o en un rincón perdido de La Mancha.
Los andaluces, que están aprendiendo a reivindicar lo suyo, se preguntan si se puede hacer política en igualdad con su acento. La respuesta es evidente porque han tenido un presidente de Gobierno y un puñado de ministros. Lo cierto es que hay comunidades acomodadas en el vagón de cola en esto de sacar pecho en las que ni siquiera nos hemos hecho todavía la pregunta.