Una mujer discapacitada mantiene que un vecino abusó de ella

Pilar Muñoz
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El acusado se enfrenta a una condena de hasta diez años de cárcel por abusar sexualmente de una persona vulnerable, en «clara situación de inferioridad»

El acusado abandona la Audiencia de Ciudad Real tras la primera sesión del juicio rodeado de familiares. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Una joven con una discapacidad de 65%, un retraso mental ligero, ha mantenido este lunes en la Audiencia Provincial de Ciudad Real que un vecino de El Robledo abusó de ella en agosto de 2019. Él lo niega y, en su defensa, arguye que la chica fabula.

La fiscal del caso pide una condena de nueve años de cárcel, que el letrado de la acusación particular, Juan Hervás, eleva a 10 al considerar los hechos denunciados en agosto de 2019 constitutivos de un delito de «abuso sexual con penetración por vía anal, concurriendo la circunstancia de especial vulnerabilidad de la víctima». 

José Miguel M. N., de unos 50 años, ha mantenido que es inocente durante casi una hora de interrogatorio. Pero la acusación no le cree. El juicio ha comenzado esta mañana en la Audiencia de Ciudad Real y se está desarrollando a puerta cerrada.

En la primera sesión también ha declarado la víctima, quien ha sostenido que el acusado abusó de ella. Según su relato, la abordó la tarde del 10 de agosto de 2019 cuando estaba recogiendo moras silvestres en las afueras del pueblo y se ofreció a llevarla a un sitio donde le dijo que había muchas más. Una vez allí comenzó a ofrecerles moras, a colocárselas en las manos y en un momento dado introdujo su mano por debajo del pantalón cortó que llevaba la joven hasta tocarle los glúteos. Ella intentó zafarse de él sin conseguirlo. Fue entonces, pese a la resistencia de la chica, cuando le introdujo su dedo y después abusó de ella. Él lo ha negado desde el primer momento tras la denuncia y posterior detención, ha asegurado el abogado Ángel Rico, que ejerce la defensa del acusado. 

Según el letrado, no existen en las actuaciones pruebas objetivas de esos abusos, ni informe médico; solo el testimonio de la víctima. La defensa no se atreve a decir que miente a propósito, pero sí que fabula. El abogado Ángel Rico cree que en la primera sesión del juicio «se ha visto que no solo fabula en este caso, sino en otras ocasiones».

Para este letrado, el hecho de que testificara apoyada por los psicólogos de un recurso de la Junta resta credibilidad. De hecho, pone en tela de juicio el informe psicosocial que indica que el testimonio de la joven es creíble. «Resulta muy difícil saber cómo han podido llegar a esa conclusión cuando en el juicio no ha sido capaz de testificar sin el apoyo de dos personas a su lado explicándole lo que tenía que decir», ha indicado a este diario el letrado tras remarcar que fue un testimonio con lagunas. 

Esta mañana también han declarado ocho testigos, entre ellos la hermana de la víctima que, según el abogado del procesado, «no ayudó a que se cumpliera el protocolo de abusos sexuales, ya que al conocer los hechos fueron directamente al médico de Porzuna que se limitó a decir que fuera al hospital y no lo hicieron».

Otras personas del pueblo también han testificado. «Han puesto de manifiesto episodios en los que fueron testigos o sujetos activos de fabulación», ha sostenido la defensa.

Tras la prueba testifical, mañana subirán al estrado peritos del Equipo Psicosocial de la Administración de Justicia y otros psicólogos. Concluida esta prueba, las acusaciones y la defensa expondrán sus alegatos. De momento, la fiscal mantiene que el acusado abusó de la joven, siendo «conocedor de la clara situación de inferioridad en que se encontraba, de su vulnerabilidad que no le permitía detectar situaciones de riesgo». Además, se da la circunstancia de que un primo hermano del encausado está casado con una hermana de la víctima y cuando ocurrieron los hechos mantenía una buena relación de vecindad y familiar con la víctima.
Tutelada por la Junta tras abusar su padre de ella. La familia de la joven que denunció los abusos ha estado a su lado, amparándola y dándole ánimos. Tras declarar y una vez fuera de la Audiencia se ha abrazado a las personas que la han apoyado desde el primer momento, rompiendo a llorar.
La joven vivía en una casa tutelada por la Junta por su discapacidad y porque, según la defensa, fue víctima de abusos por parte de su padre. Cuando ocurrieron los hechos se encontraba pasando unos días de vacaciones con su hermana. Los responsables de la casa tutelada fueron los que tuvieron conocimiento de los hechos y se lo dijeron a la hermana para que denunciara.