Durante este domingo y a pesar de las bajas temperaturas, los vecinos aprovecharon para salir a la calle junto a sus mascotas después de dos años sin celebraciones a causa de las restricciones sanitarias.

Tras la habitual misa, en la que hubo un lleno absoluto, el párroco bendijo a los animales en las inmediaciones de la iglesia.

La concejala de Festejos, Silvia Cañamero, valoró positivamente la afluencia de porzuniegos al evento, destacando que "después de dos años, la gente estaba esperando con mucha ilusión la vuelta de San Antón".

Una de las características de esta festividad en Porzuna fue la presencia de ocho caballos, muestra de la importancia de los equinos en la historia del municipio y el apego que multitud de vecinos tienen hacia ellos.

De nuevo, tuvieron un papel destacado los diez machos cabríos amaestrados por Julián, uno de los pastores del pueblo. Estos animales fueron uno de los grandes atractivos de la cita. A su llegada, hicieron un gesto de reverencia al párroco tras el cual fueron los primeros en recibir la bendición.

El frio no impidió que se congregaran multitud de vecinos junto a sus mascotas. Para combatirlo, se elaboraron las típicas pastas de manteca y se repartieron vasos de chocolate caliente.

Una tradición viva y que evoluciona con el tiempo

La edil de Festejos, Silvia Cañamero, agradeció la presencia de todos los vecinos que formaron parte de esta celebración junto a sus mascotas. En este sentido, destacó la implicación de todos los asistentes y el esfuerzo realizado para llevar a sus animales a la cita. "Año tras año, San Antón sigue vivo en Porzuna gracias a la participación de la gente. Así entre todos conseguimos mantener viva la tradición" aseguró.

San Antón ha ido adaptándose al paso del tiempo. En sus orígenes, los protagonistas eran esencialmente los animales destinados a labores agrícolas. Ahora forman parte de ella mascotas de todo tipo que también contribuyen a mantener esta fiesta, una de las más esperadas en el inicio del año en la localidad.