Mayasa confía en que la planta esté después del verano

Ana Pobes
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La empresa pública lleva más de un año realizando pruebas previas para su puesta en marcha. Esta fase es clave para expedir mercurio metálico con las máximas garantías de seguridad.

Mayasa confía en que la planta del mercurio esté en verano

Minas de Almadén y Arrayanes SA (Mayasa) finalizó la planta de estabilización del mercurio, que albergará Almadén, en agosto de 2018. Desde entonces, y tras la finalización del montaje de la infraestructura de la planta, la empresa pública trabaja en la realización de las pruebas previas a la puesta en marcha de los equipos y la instalación. Unos trabajos que han retrasado la fecha en la que Mayasa esperaba que estuviera en funcionamiento, por lo que en vez de hacerlo en 2019 será un año más tarde. El motivo, explica Javier Carrasco, director de actividades industriales, es que se han tenido que realizar cambios «importantes» en los equipos principales, y eso, lamenta, ha demorado los plazos. De tal forma que tras la sustitución de instrumentales y materiales Mayasa confía en que la planta esté ya operativa después de la época estival. "La planificación de Mayasa para 2020 establece el verano (agosto-septiembre) como fecha de finalización de las obras de montaje de los nuevos equipos y sistemas. Tras ello, es iniciarán las pruebas, la puesta en marcha y la puesta en operación de la instalación, para la que se han previsto tres meses, por lo que la planta por tanto estará operativa en el último trimestre del año", puntualiza. 

El proceso en el que se encuentra ahora la nueva infraestructura es clave para que la planta de estabilización del mercurio funcione a pleno rendimiento con todos los medios precisos para aceptar, analizar, depurar, envasar, almacenar y expedir mercurio metálico con las máximas garantías de seguridad ambiental y laboral tras las correspondientes comprobaciones. Por ello, no es de extrañar que Mayasa haya puesto toda su atención en esta fase, pues a pesar de que el montaje está listo «hay que hacer modificaciones en el procedimiento» para su puesta en marcha en las máximas condiciones. «La parte de desarrollo de nuevos equipos y de procedimientos es muy importante. Es un proyecto de I+D+i, es decir, una iniciativa novedosa, por lo que es mucho más importante que funcione bien y sin problemas que ir rápido», argumenta en declaraciones a La Tribuna.

Con una inversión de tres millones de euros, financiados íntegramente por la Sociedad Estatal de participantes Industriales (SEPI), accionista único de Mayasa, la planta tratará 320 toneladas de mercurio metálico al año para solidificar y dispone de una capacidad de 1.500 toneladas.

El proyecto tiene su germen en la entrada en vigor del reglamento que prohíbe la exportación del mercurio y la obligación de almacenar excedentes. La planta de estabilización de mercurio está diseñada para poder llevar a cabo los diferentes procesos de eliminación del mercurio metálico, hasta formar un cemento polimérico como producto final. Este material es un sólido inerte, más resistente que el mortero, con una baja porosidad e impermeable. Durante el proceso el cien por cien del metal se combina, el consumo de energía es bajo, no hay consumo de agua y no se generan efluentes ni residuos diferentes del producto final. Este material no produce emisiones a la atmósfera, es mucho más estable que el cinabrio natural y en contacto con el agua produce un nivel de mercurio en los lixiviados que, de acuerdo a la norma UNE-EN-12457, permite clasificarlo como sólido no peligroso.

El retraso en su puesta en marcha obligó a la empresa pública a pedir al Gobierno regional más tiempo para ampliar el plazo máximo de almacenamiento en la planta del mercurio. La normativa establece un plazo de seis meses para almacenar este tipo de residuos con la posibilidad de modificarlo por «causas debidamente justificadas y siempre que se garantice la protección de la salud humana y el medio ambiente». Y tanto Europa como el Gobierno regional, siempre bajo el paraguas de la legislación, han permitido a Mayasa el almacenamiento temporal de este metal en las instalaciones hasta 2023. El motivo, que ambos organismos reconocen la limitada capacidad disponible para llevar a cabo la transformación del residuo de mercurio existente en toda la Unión Europa y que las operaciones de transformación del mercurio aún no han comenzado en la planta debido «a fallos de uno de los reactores», según publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM).

La planta, se enclava en el paraje Las Cuevas, a unos diez kilómetros del casco urbano del municipio y donde se encuentra instalado el antiguo almacén comercial para la exportación del mercurio.