Concluyó la aventura copera del Balonmano Alarcos ante un Valladolid que hizo valer su condición de equipo de superior categoría (26-32). El cuadro ciudadrealeño lo intentó, pero solamente jugó a ráfagas y eso ante un conjunto de Liga Asobal se paga caro. El Valladolid impuso su mayor poderío físico para despegarse en la primera mitad y después fue administrando su renta hasta el 26-32 final, echando incluso mano de su juego de siete contra seis.

Más allá de la derrota, cabe destacar la reaparición del portero Pablo Cano y los minutos que tuvieron los jóvenes Marcos Herrera y Jorge Ureña. No hubo opción a la sorpresa en un Quijote Arena que, ciertamente, no registró una buena entrada. Rolando Urios no jugó y Dídac Talens lo hizo pocos minutos, pues estaba mermado por un proceso gástrico. Lógicamente, la prioridad es la Liga.

Dídac Talens, en una acción de ataque. - Foto: TOMÁS FERNÁNDEZ DE MOYA

Le costó al Alarcos entrar al partido, en una fase inicial donde la nota positiva fue la reaparición de Pablo Cano, que salió a detener un siete metros. Pareció salir con excesivo respeto el equipo de Isidre Pérez y eso, ante un equipo de Asobal, se paga.

Con 2-5 Javi Sanz falló el primer penalti y de nuevo los fantasmas del último encuentro liguero volvían a aparecer en la pista manchega. Tras ocho minutos sin marcar, el esloveno Matic Pangerc anotó dos goles casi consecutivos, que unidos a otro de Jota Serrano provocaron un parcial de 3-0 y el consiguiente tiempo muerto del técnico visitante.

La reacción de los pucelanos fue fulminante, pues con un parcial de 0-5 abrieron ya una brecha importante (5-11). Antes habían entrado los jovencísimos extremos Marcos Herrera y Jorge Ureña y tras ocho minutos sin marcar Álvaro Moreno de la Santa rompía la sequía (6-11, m. 23).

Aficionados del Alarcos, en la grada del Quijote Arena. - Foto: TOMÁS FERNÁNDEZ DE MOYA

Hubo relevo en la portería, entrando Teijón por Óscar Ruiz y con un cambio de sistema defensivo y el atrevimiento ofensivo de Dídac Talens el Alarcos logró dejar en cinco (10-15) al intermedio una desventaja que había llegado a ser de hasta siete tantos (7-14).

Tras la reanudación, la desventaja local se estabilizó en torno a los cinco goles, y con 15-21 (m. 42) Isidre Pérez solicitó tiempo muerto, pues notaba que la dinámica del choque empezaba a ser letal para los intereses de su equipo, debido al aumento del nivel defensivo de los castellanos. Poco a poco el Valladolid fue castigando los errores locales (15-23, m. 44) y los colegiados se encargaron de ir trabando el choque, con continuas interrupciones y el Valladolid adquirió una máxima renta de nueve goles (20-29, m. 54), que gracias a una defensa presionante, las paradas de Pablo Cano y buenas acciones de ataque el Alarcos logró dejar en seis tantos al final del choque (26-32).

El Alarcos debe centrarse ahora de nuevo en la Liga, donde este sábado (19.30 horas) visitará la pista del Alicante, equipo al que precisamente eliminó en la Copa del Rey.

FICHA TÉCNICA.

BALONMANO ALARCOS. Óscar Ruiz, Javier Sanz (3), Martín Davila (2, 1p.), Martxel Agorreta (3), Juanpe Espinosa (2), Álvaro Moreno de la Santa (5, 3p.), Pepe Mora (2) -equipo inicial- Javier Teijón, Adrián Mendoza, Jota Serrano (4), Rikki, Dídac Talens (2), Matic Pangerc (3), Marcos Herrera, Jorge Ureña, Pablo Cano.

ATLÉTICO VALLADOLID. César Pérez, Tarsicio Freitas (4, 1p.), Álvaro Martínez (3), Pedro Martínez, Roberto Rosell (1), Nicolo D'Antino (5, 1p.), Miguel Camino (5) -equipo inicial-, Borja Méndez (3), Dimitrioski (2), Daniel Virulegio (1), Pablo Herrero (4), Dimitrievski (3), Nicolás García, Gonzalo Díez (1), Rodrigo Falcucci.

ÁRBITROS. García Gil (Aragón) y Murillo Castro (Andalucía). Excluyeron dos minutos a Pangerc; Rosell, Pedro Martínez (2), Tarsicio Freitas (2), Álvaro Martínez, Dimitrievski, César Pérez.

PARCIALES. 2-3, 2-5, 4-6, 5-9, 6-12, 10-15 (descanso); 11-17, 14-19, 16-23, 18-25, 20-29-26-32 (final).

INCIDENCIAS. Encuentro correspondiente a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey disputado en el Quijote Arena. En los prolegómenos del encuentro, los jugadores del Manchego Carlos Mena y Ventu entregaron una camiseta firmada por la plantilla a Jota Serrano, capitán del equipo, que a su vez les entregó una bufanda del Alarcos.