El campo denuncia las trabas de la reforma laboral

M. Lillo
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Asaja y UPA señalan «las complicaciones» que supone a la hora de planificar las contrataciones, contactar con los temporeros o el aumento del coste por despido

Una temporera recoge uva en una explotación agraria de la provincia. - Foto: Rueda Villaverde

«Dificultades», «perjuicios» o «tapar la realidad». Son algunos de los calificativos que señalan dirigentes agrarios de la región para definir lo que supondrá la gestión de la contratación en las campañas agrícolas, las primeras que se desarrollarán con la nueva reforma laboral ya en marcha.

Así encara el campo el inicio de  las principales épocas de recolección, con malestar en relación a la nueva normativa laboral. Primero, ya iniciadas, la del ajo y del cereal, en marcha en algunos puntos de la provincia, y posteriormente, a mediados o finales de agosto, la vendimia, con una gran eclosión de contrataciones que en este caso no podrán ser temporales, sino de fijos discontinuos. Por esta razón, desde las organizaciones agrarias no ocultan los quebraderos de cabeza que supondrá para ellos.

Asaja Ciudad Real habla directamente de «rechazo rotundo» a una reforma laboral que, para variar, comentan, «no ha tenido en cuenta al sector», afirma a este diario su gerente, Agustín Miranda, quien cree que la pretensión final de la reforma es «tapar o ocultar una realidad; que es la temporalidad de las cosechas». Recuerda que el periodo de recogida de los frutos suele abarcar alrededor de un mes, pero con la nueva normativa laboral se va a «desvirtuar su naturaleza simplemente para complacer de forma errónea a Europa». Por ello, critica que «habrá contratos fijos que van a durar 25 o 30 días».

Del mismo modo, el representante de Asaja Ciudad Real explica que los agricultores deberán hacer al final de cada año una programación sobre las necesidades de mano de obra del ejercicio siguiente, lo que teniendo en cuenta el escenario de incertidumbre en el que habitualmente se mueve el sector, Asaja considera que es muy complicado. Y es que, cuando no es el granizo, es una tormenta, cuando no la falta de lluvias y cuando no el exceso de calor. Todo afecta a un sector que viene alzando la voz también por el incremento de los costes de producción y que señala además que, en el caso de tener que rescindir contratos, con la nueva reforma laboral, «aumentará el coste de los despidos». Para ellos es más 'palos' al sector.

Contratación de extranjeros

En este sentido, desde Asaja explicaron que con la nueva reforma, lo que antes eran contratos temporales, propiamente para la recogida, pasarán a ser fijos-discontinuos, de manera que deberán contactar con ellos al año siguiente para ofrecerles un puesto laboral nuevamente, siempre que las posibilidades de la cosecha permitan recurrir a mano de obra. «Más del 60% de los contratados son de otros países y eso dificulta mucho contactar», dijo Miranda en relación a la situación variable también de los trabajadores.

No obstante, «debe quedar registrada una oferta a dicho trabajador», explicó el secretario regional de la Unión de Pequeños Agricultoras (UPA) Castilla-La Mancha, Julián Morcillo, en el caso de que se cuente con mano de obra para el año que viene, priorizando por tanto a temporeros contratados previamente, por ello, reconoció que la nueva reforma laboral «nos complica mucho».

En este sentido, habló también de las «dificultades en cuanto a la aplicación de la reforma laboral» y en concreto para la contratación, ya que conllevará «gestiones adicionales» a los empleadores. No obstante, considera que si bien este año será el primero de su puesta en marcha, será a partir del año siguiente cuando el sector notará en mayor medida sus efectos, ya que es cuando se tendrá que volver a echar mano de dichos trabajadores.

En este sentido, además, el representante de Asaja señaló el «gran desconocimiento» que existe en relación a la nueva normativa laboral y lamentó que la administración no haya realizado una labor de información y aclaración de todos los aspectos relativos a la misma, por lo que en muchos casos, dijo, son las propias organizaciones agrarias las que realizan esa labor de tratar de solventar las dudas. «En la vendimia vamos a tratar que los empleadores tengan los menores problemas posibles», dijo tras señalar la «burocracia y la planificación» que implicará ahora después de que con la redacción actual del Real Decreto se quedara de forma «ambigua» la posibilidad de que para las campañas de hasta 90 días fueran contratos eventuales, que es lo que se planteó en un principio, si bien finalmente pasan de temporales a fijos discontinuos.

Por otro lado, Miranda criticó que la nueva reforma laboral está «torpedeando el convenio del campo», ya que «más del 50% del articulado ha quedado desfasado, de 34 puntos, más de 15 deben desaparecer» por esta causa.