La danza como actividad completa

Diego Farto
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La bailarina y coreógrafa Esperanza de los Reyes cumple siete años al frente del estudio ciudadrealeño que lleva su nombre

Esperanza de los Reyes, en su estudio de danza, - Foto: Rueda Villaverde

Esperanza de los Reyes cumple este otoño siete años desde que se hizo cargo del estudio que lleva su nombre, situado en el número 6 de la calle Hernán Pérez del Pulgar. En este plazo su propuesta se ha consolidado a pesar de que ha tenido que pasar las dificultades de la pandemia. La bailarina y coreógrafa responsabiliza de ello «a la implicación de las madres, que están muy interesadas en que sus hijos reciban los beneficios de la danza, que además de una actividad cultura, es a la vez, deporte, ballet, música».

En su opinión, la danza ayuda a los pequeños «a conocer su cuerpo, les permite salir de la rutina del colegio, de las asignaturas, hacer ejercicio, favorece el desarrollo muscular, mejoran la colocación del cuerpo, escuchan música». A ello añade que el estudio funciona como «una pequeña familia» de modo que se fomenta la interacción entre las alumnas. «A las niñas que son un poco más retraídas la danza les viene muy bien para expresarse, hay muchas madres que traen a sus hijas precisamente por eso», comenta De los Reyes.

Además de este nivel introductorio, el estudio abarca la danza «en un nivel formativo más elevado, para chicas que ya son muy profesionales, pero para ello, desde pequeñitos deben desarrollar la disciplina de la danza», incide la bailarina. De hecho, en su centro, además de estos niveles formativos es posible adquirir nociones de flamenco o prepararse para acceder al Conservatorio de Danza. «Hay chicas que entraron aquí con tres años, quisieron dar un paso más, ir al Conservatorio, y ya han terminado su carrera, trabajan como bailarinas o como profesoras y siguen aprendiendo», comenta.

Al mismo tiempo, Esperanza de los Reyes tiene también una relación directa con el público, lo que se ha plasmado en la respuesta que recibe todos los años cuando al finalizar el curso se organiza un festival de danza. Este encuentro se traslado desde el Teatro Quijano al auditorio de La Granja por motivo de la pandemia, en este espacio, «el público disfruta mucho».