El pueblo de la nieve

Ana Pobes
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Villanueva de la Fuente es la localidad ubicada a mayor altura de la provincia y sus vecinos están acostumbrados a vivir con la nieve y convivir con el fenómeno meteorológico, siempre con precaución

A mil metros de latitud

Hace frío y nieva tímidamente, pero los habitantes de Villanueva de la Fuente están acostumbrados. Las bajas temperaturas y la borrasca ‘Gloria’ no es impedimento para ir a la compra, al médico o al Ayuntamiento. En el pueblo de la nieve, a 1.005 metros de altitud sobre el nivel del mar, raro es el vecino que no ha visto caer más de una nevada. Y ante esa normalidad, es también habitual que se suspendan las clases, pues «en el momento que hay previsión de nieve se cancelan por precaución y porque la mayoría de los profesores son de Albacete. Todo entra dentro de la normalidad», comenta María Dolores Fernández, quien señala que lo de ayer fue un «conato», pues «la gente está acostumbrada a nevadas más grandes».

Natalia, Cristina y Pablo juegan a tirarse la nieve que ayer cuajó en el pueblo, situado a unos 20 kilómetros de la sierra de Alcaraz, en la provincia de Albacete, y que le convierte en el pueblo más alto de la provincia. Eso hace que los copos hagan acto de presencia en más de una ocasión, y ellos, a pesar de su corta edad, son testigos. «Esto es habitual. Ya hemos visto nevar varias veces y nos encanta jugar con la nieve», comentan entre risas y con los rastros de la nevisca en sus ropas. También se atrevió a coger el coche María Dolores Gómez, pues señala que «estamos preparados porque suele nevar todos los años».

Ana María González lleva «toda la vida en Villanueva de la Fuente», localidad que «continúa su vida» en días de nevada. De hecho, junto a su hija Natalia, camina tranquilamente para ir a comprar, pues «hoy (por ayer) el coche no se utiliza», aunque no es el caso de José Vicente que se dispone a coger su automóvil para ir a hacer «unos recados». «No es día para quedarse en casa», comenta mientras camina.

A mil metros de latitud A mil metros de latitud Algunos de los vecinos se dirigen a la panadería, donde un día como el de ayer supone trabajo extra: «Las ventas se duplican porque la gente piensa que va a seguir nevando en los próximos días y se lleva más pan. Son las doce y media del mediodía y ya casi no me queda pan en comparación a un día normal», comenta Eva García. Junto a ella, María José Fernández, una de las clientas. Natural de Granada relata que lleva más de 20 años en la localidad y «no es la primera vez que ha visto nevar», aunque reconoce que antes lo hacía con más asiduidad. Al cierre de esta edición la normalidad siguió en el municipio a la espera de recibir una nevada más copiosa. 

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