"Una paz que legalice el crimen sería una bofetada a Colombia"

Jaime Ortega Carrascal (EFE)
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Después de 25 años, Ramírez deja la política satisfecha por sus logros en materia de igualdad y el fortalecimiento de las relaciones exteriores, pero también atenta a lo que esté por llegar con el futuro Gobierno del progresista Gustavo P

"Una paz que legalice el crimen sería una bofetada a Colombia" - Foto: Foto: Carlos Ortega (EFE)

A punto de cerrar un ciclo en su carrera política de casi 25 años, en los que ha sido ministra de Comercio, de Defensa, embajadora, senadora y actualmente vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez avisa que si la propuesta de «paz total» del próximo Gobierno de Gustavo Petro -que tomará posesión de su cargo el próximo domingo- pretende legalizar actividades criminales constituiría una «bofetada» al país. Se tomará un descanso tras su intensa actividad, pero seguirá trabajando, especialmente por la igualdad de las mujeres, una de sus causas.

¿Cuál ha sido su mayor logro como vicepresidenta?

Me siento muy contenta del tema de la igualdad de género como una política de Estado totalmente irreversible, de este enfoque nuestro de lograr la autonomía económica de las mujeres, más mujeres en el mercado laboral, muchas más mujeres emprendedoras, empresarias de verdad, con proyectos que sean escalables, rentables, sostenibles, permanentes. Eso llegó para quedarse, logramos dejar a 964.000 mujeres, la mayoría de ellas en zonas rurales (680.000), que son emprendedoras, que generan empleos, que tienen productos con un mercado asegurado, y eso es muy importante.

¿Y como canciller qué destaca?

En primer lugar, haber logrado el cierre de la investigación preliminar contra Colombia en la Corte Penal Internacional (por crímenes de guerra y lesa humanidad durante el conflicto armado) fue muy importante, hacía 17 años que el país estaba en ascuas, sin saber qué iba a pasar con esa investigación. También movilizar muchísimo más la cooperación internacional hacia Colombia, por ejemplo, en las vacunas. Solicité y obtuve donaciones de cerca de 16 millones, sobre todo de EEUU, España y Alemania. 

¿Qué opina del plan del próximo Gobierno de reabrir totalmente la frontera con Venezuela y restablecer relaciones diplomáticas?

Cuando llegué a la Cancillería, hace apenas un año (mayo de 2021), había ya unos hechos cumplidos, una situación creada hacía varios años. Recordemos que la fractura en esta relación diplomática se da en el Ejecutivo de Juan Manuel Santos (en 2015). Con nuestro Gobierno (que empezó en 2018) lo que sucedió es que Nicolás Maduro expulsó a todos los diplomáticos colombianos y se volvió imposible esa relación. Colombia siempre tuvo abierta la frontera y quien la cerró fue Maduro. Nosotros siempre hemos estado dispuestos a que lleguen venezolanos. 

Creo que a nivel de comercio y relación económica es posible que haya más integración, pero eso no significa normalizar la relación con una dictadura, eso sería perder la coherencia. Es que esa dictadura ha generado una crisis humanitaria muy profunda en Venezuela de la que los primeros dolientes somos nosotros en Colombia.

¿Cómo ve la alianza pluripartidista formada en el Congreso por el presidente electo, Gustavo Petro?

Sobre el nuevo Gobierno, más que opiniones, lo que tengo es buenos deseos, que triunfen en lograr un país donde se fortalezca cada vez más esta democracia, que es la democracia más estable de América Latina.

Hacer coaliciones no está mal, lo que estaría mal es que esas alianzas vayan a negar un principio fundamental de la democracia que es el debate transparente.

El país siempre va a necesitar una oposición legítima, constructiva, que no creo que pueda en este momento dedicarse a atacar, a oponerse a todo lo que represente un nuevo Gobierno; cualquier oposición tiene la obligación moral de ser siempre constructiva.

¿Hay algo que le preocupe del próximo Gobierno?

Estamos todavía a la expectativa para cuando se presenten los proyectos de ley. Nosotros no queremos hacer lo que le pasó al Gobierno nuestro, que desde el momento en que ganamos nos declararon una resistencia y vivimos cuatro años con una resistencia permanente, con ataques, el no reconocer nada lo que se hizo positivo en este Ejecutivo. Eso no creo que sea sano. Mi posición siempre será respaldar todo lo que le sirva al país, no importa que sea un Gobierno de una posición ideológica distinta, si le sirve a Colombia, lo respaldaremos.

 

¿Qué opina de la propuesta de «paz total» del próximo Gabinete?

Creo que todos los colombianos hemos anhelado siempre un país en paz, y eso se logra cuando hay un Estado de derecho que funciona, unas leyes que se aplican por igual a todos. Una cosa es que haya gente que tuvo una ideología política hace 40 o 50 años y por eso estuvieron en las guerrillas y que haya un proceso de paz para incorporarlos políticamente, pero otra cosa distinta es hablar de legalizar todo lo que ha sido la criminalidad de este país y que queden en la impunidad.

Eso, me parece, sería una bofetada a todos los colombianos. Si a nosotros nos van a decir a estas alturas de la vida que para hablar de paz total hay que sacar de la cárcel a todos los que se han robado la plata en obras públicas, con todo lo que ha habido (de corrupción) en este país en esta materia, eso no sería halagüeño para el futuro del país en materia de paz. Eso sería cubrir con un manto de impunidad a los corruptos de este país y eso no lo podemos, de ninguna manera, aplaudir.

¿Cuáles son sus planes, va a seguir en la política?

Yo realmente no nací en la política, yo comencé mi carrera profesional en el sector privado y tengo que decir, modestamente, que me fue muy bien y fui exitosa en el sector privado. Me metí a la política porque tengo la vocación de servicio. Entonces no necesariamente mi vida está en la política, servirle a Colombia no necesariamente implica estar en lo público.

Por lo pronto, me voy a ir a descansar. Tengo solo una hija que tuvo a su bebé hace un año, mi nieta, y la he visto tres veces. Creo que de verdad le debo mucho a mi familia, le debo presencia y dedicación.