Valdepeñas celebra III Semana de la Arqueología

EFE
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La semana incluirá visitas guiadas al yacimiento íbero 'Cerro de las Cabezas', cuya secuencia cronológica abarca desde el siglo VII a. de C. hasta el siglo III a. de C. y es un punto de referencia en la cultura ibérica

El Cerro de las Cabezas,más cerca de ser parque arqueológico - Foto: Tomás Fernández de Moya

La localidad ciudadrealeña de Valdepeñas celebra este fin de semana la III Semana de la Arqueología que se enmarca en el Día Internacional de la Arqueología, que se conmemora este jueves, y contempla visitas guiadas al yacimiento íbero del 'Cerro de las Cabezas'.

Con la semana arqueológica, impulsada por el Gobierno regional, desde este viernes y hasta el domingo 31, en todos los yacimientos visitables de Castilla-La Mancha, se pretende abrir una ventana desde la que observar la vida diaria de los arqueólogos, dar a conocer los resultados de actuaciones recientes y aumentar la conciencia colectiva sobre la relevancia de esta ciencia en la sociedad.

Así lo ha avanzado la concejala de Cultura, Vanessa Irla, quien ha subrayado que el objetivo principal de esta iniciativa es "dar visibilidad al trabajo que diariamente realizan quienes llevan a cabo excavaciones, investigaciones y labores de conservación y difusión" en el yacimiento del 'Cerro de las Cabezas'.

Irla ha recordado que el yacimiento íbero valdepeñero será declarado por parte de la Junta de Castilla-La Mancha parque arqueológico "por lo que contará con toda la difusión junto con el resto de parques y ello supondrá, sin lugar a dudas, un revulsivo económico para la localidad".

Con la próxima incorporación del 'Cerro de las Cabezas', la Red de Parques Arqueológicos de la región aumentará a siete espacios, al formar ya parte los de Recópolis, Alarcos, Carranque, El Tolmo de Minateda, Segóbriga y Libisosa.

El 'Cerro de las Cabezas' presenta una secuencia cronológica que abarca desde el siglo VII a. de C. (Bronce final) hasta el siglo III a. de C. y es un punto de referencia en la cultura ibérica, por la monumentalidad de sus sistemas defensivos, la excelente conservación de sus restos y por ser una de las pocas ciudades ibéricas conservadas en su integridad en la Península.

El yacimiento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Zona Arqueológica, el 21 de abril de 1998, es un referente dentro de la arqueología del mundo ibérico peninsular y en la actualidad es el espacio que está aportando todos los datos sobre urbanismo y sistemas defensivos de los siglos V-III a. de C.

Como restos más destacados figuran dos santuarios, uno de entrada, de clara influencia del mundo fenicio y púnico, y otro de connotaciones indoeuropeas, así como varios almacenes comunitarios, hornos de pan y alfareros, y un sistema defensivo con una extensión de 1.600 metros lineales, torres y bastiones cada 35 metros.

Sus estructuras arquitectónicas y sus abundantes materiales arqueológicos, entre los que destacan las cerámicas, metales, marfil o terracotas, van permitiendo conocer la vida diaria, las costumbres e, incluso, las creencias religiosas y gustos estéticos de una sociedad gentilicia perfectamente organizada, donde la agricultura, junto con la ganadería, la producción cerámica y el comercio, permitieron el desarrollo de esta importante ciudad ibérica durante varios siglos.