El valdepeñero Fernando Tercero (Eolo Kometa) está ante uno de los momentos más importantes de la temporada. El ciclista manchego, ganador del Memorial Manuel Sanroma y de la Aitzondo Klasica esta campaña, entre otros grandes resultados, fue uno de los cinco elegidos por su equipo para disputar el Giro de Italia Sub 23, que se celebrará del 11 al 18 de junio, y que ya conoce muy bien, pues el año pasado estuvo gran parte de la prueba en el 'top 20'. Ahora, con un año más de experiencia y plenamente consolidado en la categoría sub 23, el ciclista de Valdepeñas vuelve al Giro «con muchas ganas», según afirma en declaraciones facilitadas por su equipo.
«Ya desde principios de año hemos tenido el punto de mira puesto en el Giro, siempre hemos trabajado con el objetivo de llegar a este momento con el mejor estado de forma posible», recalca. 
El escalador manchego admite que «el recorrido es complicado. Tanto la tercera como la sexta etapa son especialmente duras, pero el resto de los días no serán ni mucho menos fáciles. Y menos aún en una carrera de solo cinco corredores por equipo en la que controlar es especialmente complicado. Los días de media montaña son tan peligros o más que la alta montaña y será fundamental estar muy atentos», añade Fernando Tercero, que hace unos días fue uno de los corredores del Eolo-Kometa que inspeccionó la subida a la Fauniera, uno de los puntos claves de la carrera: «Me pareció una subida realmente dura, con porcentajes muy constantes y sin bajar nunca del 7-8% durante casi 25 kilómetros. Llegas a 2.500 metros de altitud, lo que es un factor de dureza adicional. Sin duda marcará diferencias en la pelea por ganar este Giro», resumió.
Fernando Tercero parte con la ambición de estar con los mejores en la general y luchar por alguna etapa para seguir ganándose un hueco en el equipo profesional la próxima campaña. 

Para este 2022, la organización propone un menú de siete etapas que totalizan más de 1.100 kilómetros. Quizá, sobre el papel, y comparando los perfiles con otras ediciones pasadas, sea ésta una edición más humana. Pero también presenta un par de largos traslados, circunstancia siempre compleja de gestionar sea cual sea la categoría. Y esa 'benevolencia' no puede ignorar dos jornadas de altísima montaña que la habitual combatividad de la ambiciosa concurrencia hará más duras aún si cabe.

La tercera etapa presenta más de 185 kilómetros e incluye las subidas al Tonale, Aprica, el Passo di Guspessa (que conecta con el Mortirolo tras una estrecha pista y al que se accede tras 10,7 km al 11,5% de media) y la subida final a Santa Caterina Valfurva. Sin duda es la etapa reina de esta edición. Pero este es un Giro U23 sin contrarreloj y el penúltimo día los ciclistas tienen un final en alto en el Colle Fauniera, a más de 2.400 metros de altitud tras más de 25 kilómetros de subida.