Parque Gasset: un espacio verde y cultural inacabado

Escolástico González
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Escolástico González reflexiona en Las Ocho Puertas sobre el 'inacabado' parque de Gasset, su papel en la zona de bajas emisiones y el Museo del Quijote

Parque Gasset: un espacio verde y cultural inacabado

En Ciudad Real se puede dar la paradoja de estar preparándose una zona de bajas emisiones para impedir el paso de vehículos al interior de rondas y de esa forma cuidar la calidad del aire y, al mismo tiempo, tener un aparcamiento disuasorio en el pulmón de la ciudad. Eso sucede con el parque de Gasset, un espacio inacabado desde hace más de 30 años que se expropiaron las viviendas y locales de la ronda de Alarcos para una futura ampliación, donde se encuentra el actual museo del Quijote, con el fin de ampliar la zona verde de la ciudad y que está, actualmente, destinado a aparcamiento municipal de superficie en el mismo centro. 

Las decisiones que dan forma al modelo de ciudad no pueden ser contradictorias y tienen que tener un orden cronológico de actuación. La actual ley de cambio climático ofrece ayudas y subvenciones para las ciudades de más de 50.000 habitantes y había que optar a ellas, pero el diseño de ciudad debía de haber contemplado una actuación que hubiese ido más allá de las peatonalizaciones del centro incluyéndose el parque de Gasset en su lado ronda de Alarcos y que está aún sin diseñar. Si la ciudad necesita de una zona de bajas emisiones donde se cuide la calidad del aire impidiendo el paso de vehículos a su interior no podemos dejar parte de esos vehículos aparcados en la mejor y mayor zona verde la ciudad, precisamente en el pulmón donde se purifica el aire que se quiere proteger con la zona de bajas emisiones. 

El Parque y su ampliación.

Desde su creación a principios del pasado siglo –1915– hasta la última ampliación de la manzana original del parque de 1992, el parque de Gasset ha ido creciendo de forma ordenada hasta contar en la actualidad con diez hectáreas de superficie para dar forma al espacio verde más importante de la capital. 

La manzana que configura el parque de Gasset y que se ha ido ampliando, casi siempre fruto de los acuerdos con el ferrocarril, es una zona de la ciudad, diseñada y preparada, para el esparcimiento cultural con museos y bibliotecas, espacios educativos - con dos colegios - y al mismo tiempo para poder disfrutar de una amplia zona verde en el corazón de la ciudad. 

En 1987, fecha de revisión del PGOU, la corporación de la época apostó por la ampliación del parque de Gasset en una de las decisiones políticas más valientes, urbanísticamente, de la ciudad en los últimos 100 años después de haber vivido la especulación de los años 60. El Ayuntamiento inició y realizó las adquisiciones de todos los terrenos de ampliación del parque de Gasset por la ronda de Alarcos, negociando con particulares y expropiando viviendas y locales comerciales donde antaño se hubiesen levantado inmensos bloques de viviendas para conseguir su ampliación hasta el actual colegio Jorge Manrique. Por el lado oeste, la misma corporación negocio con el ferrocarril la incorporación de los terrenos frente a la iglesia de Santo Tomás de Villanueva donde está el edificio de la vieja estación de CRB de 1872 para cerrar una manzana triangular que da forma al actual e inacabado parque de Gasset. Aún, a día de hoy, queda algún edificio en desuso pendiente de expropiar, fruto de la inacción administrativa, entre la vieja estación y el museo del Quijote. 

La terminación del parque de Gasset y la definición del estilo a adoptar, en la ampliación, es una decisión municipal que lleva pendiente más de 30 años y mientras tanto se destina el suelo a aparcamiento. El modelo de ciudad visto y diseñado desde el Consejo de Movilidad para abordar el cambio climático, y que deberá aprobarse por el pleno del Ayuntamiento en próximos meses, antes de enero de 2023, ha dejado fuera la mayor actuación para proteger el aire, la ampliación del parque de Gasset en pleno corazón de la ciudad. 

Vieja estación ferroviaria.

La falta de rigurosidad, en la elaboración y diseño de las actuaciones para el cambio climático, como es la ampliación del parque de Gasset, se pone también de manifiesto con la denuncia del convenio entre ADIF y Ayuntamiento que ha motivado la reversión del edificio y la devolución de 5.000 metros cuadrados de suelo al operador ferroviario en el interior del parque. 

De nada sirvieron las negociaciones y expropiaciones llevadas a cabo por las corporaciones anteriores para facilitar la disponibilidad de suelo y acometer un diseño verde y cultural porque nuevas decisiones unipersonales, de carácter aislado, han ocasionados daños de difícil reparación que lastraron la ampliación del parque de Gasset por este lado. 

La pérdida del edificio, frente a la iglesia de Santo Tomás de Villanueva, de la vieja estación para usos municipales, lleva también aparejada la pérdida de 5.000 metros cuadrados de suelo entre el colegio Jorge Manrique y el actual parque infantil, es decir, decrece la superficie del parque y que se destinará a estos usos si nadie lo remedia en próximos días que se conocerá la licitación pública realizada por Adif para destinar el edificio a fines distintos al proyectado en el convenio de 1992, donde pasaba la gestión al municipio para actividades culturales y educativas durante 50 años por seis euros al mes de renta.

Después de la decisión unipersonal tomada desde el Ayuntamiento por parte de su responsables políticos y económicos, la única opción posible de recuperar dicho edificio e incorporarlo, nuevamente, al patrimonio municipal y que forme parte de la ampliación del parque contribuyendo a la mejora de la ciudad y de su calidad medioambiental es promover la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del edificio para que se mantenga cuanto menos en su estado original como vieja estación ferroviaria y no se pierda su esencia. 

La posibilidad de establecer en la vieja estación una escuela profesional de jardinería dentro del parque de Gasset es una oferta educativa única en la provincia y en un entorno ideal para las prácticas académicas y la adquisición de conocimientos medioambientales.

Museo del Quijote.

En la actualidad el museo es un espacio cerrado en el interior de un gran aparcamiento y no un museo dentro de un parque. La forma de concebir el espacio museístico del Quijote en la ciudad también debería de ser objeto de revisión en la ampliación del parque dejando un espacio para la recreación al aire libre de figuras temáticas de la inmortal obra, bien continuando con el estilo de cerámica talaverana de la fuente del interior, tan apreciada por los ciudadrealeños, o bien con otro tipo de esculturas y elementos que representan las aventuras del hidalgo en el exterior del museo. La ampliación del parque por el lado del museo y ronda de Alarcos debía de ser temática y que aportase valor al desdeñado y poco cuidado Museo del Quijote. 

Conclusiones.

Es necesario integrar el Museo del Quijote en el parque de Gasset en el espacio con un área temática exterior; rediseñar una nueva entrada al parque dando forma a la actual puerta de Alarcos, lugar principal de entrada de la ciudad al parque y que albergara un museo a cada margen; convertir la vieja estación ferroviaria de 1872 en un centro de actividad formativa y educativa; mejorar los entornos del colegio Jorge Manrique; eliminar espacios en desuso de su interior; ampliar como zona verde el actual aparcamiento; y definir un cerramiento perimetral uniforme, que permita los accesos y, al mismo tiempo, aporte valor arquitectónico y paisajístico. Un modelo de ciudad no se puede realizar con la toma de decisiones aisladas porque el efecto dominó es demoledor, solo desde el estudio meditado y la coherencia se construye ciudad.