Rafa Zaldívar

Rafa Zaldívar


Téllez o el mentón de Belmonte

15/06/2022

El tiempo, que todo lo cura o que todo lo 'amansa', para ser más veraces con nuestro comentario, nos permite la perspectiva y la reflexión de cuanto nos rodea. En términos taurinos, los nubarrones de la fiesta que se cernían en plena pandemia, se han ido aclarando y la temporada 2022 transcurre con normalidad, aunque a veces –léase la eliminación de la sección taurina en su edición impresa en El País- (no su versión digital), o los intentos de algunos políticos por ningunear la fiesta y los cosos, dejando que estos se pudran abandonados a su suerte. Por suerte no será el caso de la capital, donde ya comenzaron las obras de adecuación y poco a poco alcanzarán un ritmo mayor. Por el contrario, la asistencia del público y muy en particular de la juventud, ha hecho que en las grandes ferias haya habido un aluvión de nuevos aficionados que han puesto el codiciado cartelito de 'No hay billetes'. 
Sevilla y Madrid siguen siendo los puntos de inflexión en la temporada, con éxitos rotundos de figuras que lo eran antes y de revelaciones que vienen con la 'goma de borrar'. La fatalidad de la gravísima cogida de Emilio de Justo, nos privó de ver la clase de figura que es. Ya está anunciada su vuelta. El suceso más destacado, sin lugar a dudas, ha sido la confirmación del torero de La Puebla, como lo más extraordinario ocurrido desde la temporada pasada. El 'cigarrero' ha traspasado los límites de figura para convertirse en un mito de leyenda. Sin exageraciones, Morante ha asimilado las tauromaquias ancestrales y nos las muestra como si tal cosa. Los viejos aficionados recordarán la anécdota de 'Guerrita', cuando se retiró del toreo allá por 1899: «Después de mí, naide y después de naide, el Fuentes». Ahora mismo, podríamos decir, que el Fuentes, es Julián López, que está pletórico y con una cabeza privilegiada. Repare el aficionado que este status se consigue a los veinticinco años de alternativa.
En el altozano trianero saludamos a Juan Belmonte en la obra de Venancio Blanco. El corazón en bronce nos recuerda a ese otro corazón de un desconocido hasta su llegada a Madrid, que se llama Ángel Téllez. Nos recuerda en las facciones y en el temple que dicen que tenía el revolucionario de la Edad de Oro.  El mentón hundido y los ojos tristes como carta de presentación de un toledano de Mora, que junto al pepinero Tomás Rufo –rostro afilado- y Álvaro Lorenzo están poniendo de moda a la ciudad de El Greco.
Si a comienzos de temporada se situaban en primera línea de salida a dos sevillanos, Pablo Aguado y Juan Ortega, recién terminado el ciclo isidril son Ángel Téllez y Tomás Rufo, los que encandilan al aficionado. Este último, ha conseguido en menos de un mes, abrir la Puerta del Príncipe de Sevilla, la Puerta Grande de Las Ventas y también indultar un astado en su confirmación en Nimes. 
La baraja de figuras se va ampliando con caras nuevas y ¡ojo! toros cinqueños en muchas ferias. A veces, en el arte del toreo son necesarios lo que se llamaba antiguamente los toreros de bragueta, esto es, valentía a carta cabal, temple y capacidad lidiadora. Las aguas vuelven a su cauce, el público tiene hambre de toros y José Tomás prepara su 'artillería', en plazas de segunda. Y Morante mientras, engrasando los ejes de la 'calesa' que perteneció a la 'Chata'. Estampas de antaño.