Para el colectivo ciclista Apedal, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) será buena para la ciudad, aunque consideran que «la documentación de la misma está bastante incompleta» y que la ciudad presenta «algunos defectos» que dificultan el fomento de la movilidad en bicicleta.
Así lo puso de manifiesto a este diario el representante de esta asociación, Luis Mario Sobrino, quien afirmó que «se echa en falta una buena conexión en la construcción de carriles-bici». En este sentido, puso como ejemplo el ubicado en la recién reformada calle Santa María de Alarcos, en el barrio del Pilar. «Es muy bonito, pero no tiene ni principio ni final», dijo en referencia a la falta de sentido que tiene en relación con la movilidad.
«Si van a seguir así, no nos parece bien, es ir a salto de mata y haciendo carriles-bici sin sentido», agregó Sobrino tras reconocer que estas mismas consideraciones las trasladó Apedal en el último Consejo de Movilidad, en el que se analizó la futura ordenanza de la Zona de Bajas Emisiones.
No obstante, no es la única cuestión sobre la que Apedal demanda mejoras. «Hay calles que están totalmente impracticables y son hasta peligrosas», señalando a la «más sonora», la avenida Camilo José Cela, la arteria principal del campus de la Universidad y que acumula quejas de usuarios por su estado.
Por otra parte, Sobrino reclamó aparcamientos para bicis cubiertos, así como promover el uso de la bici más allá del ocio y una mayor coordinación entre concejalías para promover el uso de la bicicleta para los desplazamientos urbanos y avanzar hacia una ciudad más saludable y sostenible, aprovechando los beneficios de este medio de transporte. En ese objetivo se enmarca también la propuesta trasladada por la tienda Mbici de Ciudad Real al Ayuntamiento, «de manera informal», y que permitiría poner en funcionamiento hasta 500 bicis en la ciudad.
Su responsable, Miguel Ángel Muñoz, explica que se trataría de fomentar la compra de bicicletas, pero a precio de coste para los usuarios, es decir, sin obtener beneficios. La propuesta, de hecho, estaría «abierta a todas las tiendas de bicis de Ciudad Real que quisieran adherirse», dijo, al tiempo que explicó que el Ayuntamiento sería el impulsor de esta iniciativa, potenciando un convenio con las tiendas interesadas y con una entidad financiera que facilitaría su compra a plazos sin intereses, en principio «a 36 meses y sin intereses».
Todo sería con luz y taquígrafos. «La venta sería a precio de coste garantizado ante notario, transparente», dijo Muñoz, haciendo hincapié en que la intención no es sacar beneficios de esta propuesta, sino avanzar hacia un modelo de ciudad más sostenible mediante la utilización de la bicicleta urbana.
Para ello, también habría otra 'pata' de actuación en este posible convenio, ya que sería una asociación de usuarios la que elegiría el modelo o modelos de bicicletas a distribuir a precio de coste y que tendrían carácter urbano, puesto que el objetivo es fomentar el uso de este medio de transporte para los desplazamientos en la propia ciudad y no por razones de ocio.
«Es un proyecto personal para hacer algo por la ciudad», dijo tras poner el acento en que Ciudad Real es una ciudad «perfecta» para desplazarse sobre dos ruedas y ello implicaría beneficios que van desde reducir la contaminación, hasta mejorar la salud o rebajar el ruido existente. Se trata, de hecho, de un proyecto piloto del que está pendiente incluso algún proveedor para que, de llevarlo a cabo, exportarlo a otras ciudades del país, ya que Ciudad Real sería pionera. No obstante, comentó que la idea está pendiente de formalizarse y tratar de convertirla en una realidad.