El colo rojo que teñía la provincia de Ciudad Real de riesgo extremo por la propagación del virus sigue cambiando a tonalidades que dentro del semáforo que fija el Ministerio de Sanidad hablan de una evolución positiva del COVID-19 que, en Ciudad Real capital, ha entrado ya en fase de riesgo medio. Según los datos actualizados este viernes de la expansión del virus por los 102 municipios de la provincia, la incidencia en la capital es ya de apenas 106 casos por 100.000 habitantes. Echando la vista atrás, ese indicador se ha rebajado hasta 15 veces en comparación con en el pico de contagios de la tercera ola, cuando superó los 1.500 casos en las dos primeras semana de 2021.
Cifras similares son las que deja Puertollano, donde la incidencia acumulada es de 104 casos por 100.000 habitantes, inferior a la marcada dos semanas antes, pero con un ligero repunte de casos detectados a través de pruebas PCR y de antígenos la semana pasada, en la que se diagnosticaron 28 positivos por los 21 de la semana anterior. Aun así, la incidencia acumulada es siete veces más baja que en los momentos más duros de la pandemia en este municipio.
Riesgo medio es también el 'diagnóstico' de la evolución epidemiológica en Tomelloso, donde la semana pasada el Sescam notificó solo seis nuevos casos de coronavirus, la cifra más baja desde el verano. La incidencia aquí es de 100 positivos por 100.000 habitantes, once veces inferior a los peores datos de enero.
Mejor es aún la situación en Alcázar de San Juan. En dos semanas apenas se han contabilizado 23 positivos por SARS-CoV-2 en esta localidad, seis de ellos la pasada semana. La incidencia, 75 infecciones por 100.000 habitantes, es la más baja desde inicios de diciembre, antes de que comenzara la escalada de casos que se detectaron en las fiestas navideñas.
En Valdepeñas, donde el descenso de casos de la tercera ola se producía de manera más lenta, la mejora que marca febrero también se traduce en un descenso importante de casos. De los 43 diagnosticados del 8 al 14 de febrero se ha pasado a 16 entre los días 15 y 21. Eso supone decir adiós a la situación de riesgo extremo en la que se encontraba este municipio desde finales de noviembre al caer por debajo de los 200 positivos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, aunque es todavía de riesgo alto.
Positivos son también los datos que deja Manzanares. Aquí el Sescam notifica solo 11 casos en 14 días, con una incidencia de 61 casos por 100.000 habitantes.Hay que recordar que durante la tercera ola, en esta localidad la incidencia rozó las 2.000 infecciones, lo que obligó a que Sanidad tomara aquí las primeras medidas de confinamiento de la provincia que han dejado las cifras de contagios más bajas desde el verano.
Daimiel protagoniza una de las mayores caídas de la incidencia en las últimas semanas. Si enero se despedía con unos alarmantes datos de contagios que se traducían en una incidencia de casi 3.000 casos por 100.000 habitantes, el municipio alcanza el ecuador de febrero con una incidencia acumulada de 67 positivos por 100.000 habitantes. De contar 300 infecciones a la semana ha pasado a registrar solo cinco la última semana sobre la que ofrece datos la Sanidad castellano-manchega.
Como ocurre en el resto de grandes ciudades de la provincia, el COVID-19 también retrocede en Miguelturra. Aunque la situación es todavía de riesgo alto en este municipio, los 11 positivos detectados en la última semana han ayudado a mejorar la situación epidemiológica, que anota sus mejores cifras desde inicios de octubre. La incidencia es ahora de 228 casos por 100.000 habitantes.
Tras un pequeño repunte de casos la semana anterior, La Solana regresa al camino de la rebaja de casos por COVID-19. Aunque la incidencia aún está a niveles de riesgo alto (155 casos por 100.000 habitantes), las cifras de contagios son 10 veces mejores de las que había en las vísperas de la Navidad.