Las aseguradoras mantienen el pulso

Carlos Cuesta (SPC)
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Las empresas de garantía elevan sus ingresos en 2021 un 5% más que el año anterior hasta los 61.835 millones, una cifra positiva aunque aún dista un 3,65% del volumen de negocio que facturó en 2019

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El sector asegurador ha cerrado 2021 con un sabor agridulce, puesto que aunque el volumen de ingresos por primas aumentó un 5%, hasta los  61.835 millones de euros, aún se mantiene un 3,65% por debajo del nivel de facturación de 2019, según los datos que ha publicado Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA) de un total de 147 entidades que conforman el 97% del sector.

Se trata de una actividad muy importante para la economía nacional. De hecho, en 2020, este sector representó 5,4% del Producto interior Bruto (PIB) de España, con un crecimiento de 0,2 puntos porcentuales frente al año anterior. 

Los economistas comparan esta actividad con el turismo que en 2019 representó el 12,4% del PIB y es la industria que ocupa la primera posición en España. Aunque el dato es prácticamente la mitad, sin embargo, su importancia no es menor.

Respecto al número de empleados, la patronal del seguro Unespa señala que el sector dispone de más de 50.000 trabajadores que están dados de alta actualmente en España. Además, destacan que, año tras año, se están incrementado las cifras, incluso, después de que esta actividad haya aplicado en sus negocios una gran transformación digital en los últimos años para dar servicio a una buena parte de sus clientes que son usuarios virtuales que contratan sus servicios y resuelven sus incidencias a través de aplicaciones de internet. Pese al freno de facturación y de actividad que estas compañías han experimentado durante la pandemia, Unespa confirma que en el último año el sector da señales de recuperación en España aunque, según sostienen, aún no ha cubierto todo el terreno perdido.

En 2021, los ingresos del ramo de vida, por ejemplo, se situaron en 23.558 millones de euros, un 7,88% más que el año anterior, tras la fuerte caída en dicho ejercicio, aunque todavía está un 14,41% por debajo de 2019, con provisiones técnicas de 195.707 millones, un 0,82% más que el año pasado.

Por su parte, la facturación del segmento de no vida alcanzó los 38.277 millones de euros, un 3,3% por encima del curso anterior y un 4,43% superior al de 2019.

Dentro de este sector, las pólizas de salud sumaron ingresos por primas de 9.849 millones en 2021 (+4,93%) y fueron las que experimentaron una mayor expansión durante la pandemia, por encima del 10,23%.

El apartado de pólizas multirriesgos declaró 8.117 millones (un 4,7% más que en 2020 y un 7,92% más que en 2019) y los seguros diversos (resto no vida) aportaron 9.320 millones de euros (un 5,57% más frente a 2020 y un 4,91% por encima del nivel facturado en la época de prepandemia).

Los contratos de automóvil cerraron el ejercicio con unos ingresos de 10.990 millones de euros, un 0,87% por debajo de dato de 2020 y un 2,85% menor que en 2019.

En cuanto a la previsión de beneficios para 2021, es prematuro contar con una estimación real, dado que las entidades todavía no han procedido a informar de sus cuentas, si bien ha vaticinado que los resultados estarán «en línea con lo que viene siendo habitual»: resultados positivos y estables, sin rentabilidades disparadas.

Es evidente que el sector asegurador ha cerrado un año resistiendo, manteniendo el pulso del sector, siendo soporte de la actividad económica y social del país con buenas cifras de empleo y la calidad de los servicios que ofrecen a los clientes y afrontando los nuevos retos que se presentan para el próximo ejercicio.

 

Evolución

Los grandes desafíos que enfrenta esta actividad tienen que ver con la evolución económica, el mantenimiento o no de los tipos de interés y la necesidad de insistir en el tratamiento fiscal para el ahorro a medio y largo plazo.

Las compañías de este sector estudian las mejores estrategias económicas y financieras para gestionar las consecuencias derivadas de la inflación para que el cliente disponga de las garantías tradicionales sin que ello le suponga incrementar el coste de sus pólizas en un mercado muy competitivo.

Los expertos sostienen que el negocio de las aseguradoras en España es complicado por sus reducidos márgenes, la elevada presión de precios a los que se somete ante una gran competencia de firmas low cost y la necesidad de fidelización mediante una gestión muy eficiente en el marco de la crisis actual. Se trata de un mercado que conoce bien a su cliente y que sabe adaptarse a sus necesidades.