Los cines de la provincia siguen aún lejos de las cifras que tenían antes de la pandemia y, de hecho, Ciudad Real es uno de los territorios de España donde más está costando que los vecinos regresen a las salas para ver películas. Así lo señalan los datos del Ministerio de Cultura y Deporte que recientemente han publicado la Estadística de Cinematografía, donde se indica que en 2021 solo acudieron a las salas 100.000 espectadores más que en 2020, dejando el dato en el entorno de los 300.000, muy lejos del 2019, cuando estuvo a punto de alcanzarse el millón de personas que acudieron a las salas.

Con estos datos, la provincia cerró el 2021 con un 67 por ciento menos de espectadores que en 2019. Situándose como la séptima de España que menos se ha recuperado del COVID, a pesar de que el Ministerio apunta que el año pasado ya estaban operativas las mismas 49 salas. Por delante de Ciudad Real, con mayor pérdida de espectadores, se ubican Huesca, Zaragoza, Cáceres, Toledo, Valladolid o Santa Cruz de Tenerife, con un 70 por ciento menos de espectadores. La media en España es una pérdida de un 60,2 por ciento de personas en 2021 respecto a los datos prepandemia. Hay que tener en cuenta que si se observa el dato del año 2020, el año de la pandemia, la cifra de espectadores cayó aproximadamente en una cuarta parte respecto al dato del año completo antes del COVID, una cifra normal, ya que fue casi al final del primer trimestre, cuando se cerraron las salas y se paralizó la sociedad para combatir el coronavirus.

Una curiosidad de las cifras del año pasado es que ha habido más recuperación económica que de espectadores. En concreto, durante 2021 se recaudaron unos dos millones de euros en las salas de cine de la provincia de Ciudad Real, dejando una media aproximada de 6,7 euros por espectador, cuando en los últimos años ha sido de 6 euros. Se trata de una de las mejores medias de España de ingresos para los cines, el doble, por ejemplo, del dato ofrecido por el Ministerio de Cultura para Zamora, que es de 3 euros. La razón podría encontrarse en cambios en los espectadores que acudieron el pasado año y que ante el temor a la pandemia optaron por ir a horas con menos público, más caras, o a la ausencia de eventos que en Ciudad Real suelen reducir el precio de la entrada por la pandemia.