"Me gusta reflexionar sobre las cosas que no están valoradas"

Juana Samames
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Curioso y preocupado por conocer la problemática real que caracteriza a los personajes que imagina, se sumerge siempre en exhaustivas investigaciones

Lerman es un director de cine y teatro, guionista y productor argentino. - Foto: EFE

Podríamos calificar al cineasta argentino Diego Lerman como un todoterreno, porque no solo dirige sus películas, sino que las escribe y produce. La característica común que las une es que se palpa que «nada humano le es ajeno», ya que sus argumentos nos acercan a problemas reales de personas de a pie. Así ocurre con El suplente, donde un vocacional profesor sustituto, Lucio, pone toda la carne en el asador para ayudar a sus alumnos de un barrio marginal de Buenos Aires. 

El suplente aborda diversos temas; la educación, el papel que juega la familia, el narcotráfico, etc. No sé cuál era para usted el asunto troncal de su película.
Yo quería hacer una película con varios ejes, uno claramente es cómo la educación puede cambiar las cosas, pero no menos importante es la relación del protagonista con su padre, porque el título de El suplente es una alegoría. Lucio es un profesor que viene a sustituir a uno que se ha ido, pero también, viene a ser el suplente de su padre en la vida, que es un dirigente social. Y, de alguna manera, consigue que este profesor encuentre su lugar en el mundo.

¿Tuvo que investigar mucho para desarrollar la historia cómo quería?
Sí, investigué mucho sobre diversos docentes y el problema que me encontré es precisamente el punto de vista que quería abordar. Salió la que yo deseaba, que es la de un profesor hombre en plena crisis de la mediana edad, que creía que tenía el futuro asegurado y se le tuerce, por lo que acaba recalando en su antiguo barrio, y sus problemas, y tiene que plantearse si se queda o se va.

Porque su protagonista se transforma es un ser mejor, más solidario.
Me interesaba mostrar el desdoblamiento que tiene un docente, que no solo es alguien con un conocimiento que esparce, sino que tiene un de contradicciones en su vida personal. Cuando Lucio decide implicarse en el barrio, todo aquello sobre lo que teorizaba cuando hablaba de la novela policial irrumpe en su vida.

Me asombró que, en un momento dado, usted se pasa a la metafísica y habla del alma. Pocos directores se atreven a tocar un tema tan serio.
La escena de la clase donde se habla del alma se inspira en un hecho real de un profesor que fue muy importante para mí. Me gusta reflexionar sobre las cosas que no están valoradas de una forma cuantitativa en este mundo tan material, donde todo es numérico. Para mí, esas son las cosas importantes; las que no tienen un valor monetario y eso es lo que el protagonista quiere enseñar a sus alumnos, el valor de la literatura, del cine, de las relaciones humanas. Lo que de alguna forma quiero es poner en crisis esa idea de que todo se puede contabilizar.

Y, finalmente, usted denuncia el narcotráfico en las escuelas.
Encontraba a gente vendiendo droga en las escuelas. Y eso me hizo reflexionar sobre que la educación es una puerta de futuro y lo que viven estos chicos de barrios marginales es un presente continuo. Este tipo de profesores les cambian la vida.