Homenaje póstumo a unos aliados imprescindibles

M. E. / LT
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Fenavin 2022 será la primera edición sin la presencia de Rafael Díaz-Salazar y Román Cantarero, dos hombres clave en el origen de la feria

Homenaje póstumo a unos aliados imprescindibles

Como el buen vino, Fenavin ha ido mejorando con el paso de los años. Tras diez ediciones y 21 años de experiencias, aprendizajes, evolución y crecimiento, hoy puede presumir de ser un referente mundial. Pero poner en marcha esta gran locomotora no fue sencillo. Hizo falta una idea, apoyo institucional, respaldo económico y muchos conocimientos, contactos y consejos de varias personas sin cuya ayuda, este ambicioso proyecto no hubiera salido adelante del modo eficaz y exitoso como lo hizo allá en 2001. Si su ideólogo fue Manuel Juliá, Nemesio de Lara, la autoridad que hizo suya (de la Diputación) la feria, y Miguel Ángel Calama, como director general de Caja Rural, su imprescindible aliado financiero, dos de los pilares intelectuales claves donde se sustentó el nacimiento de Fenavin fueron dos hombres a los que el mundo del vino echa de menos en la actualidad, Ramón Díaz- Salazar Arcis y Román Cantarero Sánchez. Ambos fueron la mano derecha de Juliá en esta bonita, pero laboriosa aventura, y es de suma justicia recordar lo mucho y bien que hicieron para que la feria resultara un éxito desde sus mismos albores. «Sin sus consejos, cuando empezamos Fenavin, sin nada, no habríamos llegado a ser el referente que hoy somos para las bodegas», reconoce Manuel Juliá en la propia biografía Román Cantarero Sánchez, genio y figura.

De hecho, Rafael Díaz Salazar, fallecido en octubre de 2020 a los 91 años, será nombrado 'Maestro Fenavin' a título póstumo, en un acto que se llevará a cabo este miércoles 11, en el que intervendrá, entre otros, Clara Díaz Salazar, la mayor de las nietas y nietos de los que tanto presumía cuando visitaba la feria.

En este acto también estará su hijo José Manuel. El que fuera alcalde de Daimiel y consejero de Industria y Tecnología del Gobierno regional recuerda con cariño y admiración la trayectoria profesional de su padre, que se iniciaba antes de que él naciera. Con poco más de 20 años ya era director comercial de la cooperativa de Daimiel, y lo fue hasta que se jubiló. Guarda como un tesoro la maleta de madera, hecha a mano por un carpintero, de 4 kilos de peso vacía, en la que su padre llevaba hasta cuatro botellas de vino de muestra para dejar en sus visitas. Eran los años 60 y para poder vender vino hacía falta mucha dedicación y mucha pasión. «No había horas. Recuerdo de pequeño coger el teléfono en casa a cualquier hora del día y de la noche y era un cliente o un proveedor preguntando por mi padre, y cuando viajábamos y paraba a tomar café en algún bar de carretera aprovechaba para dejar una muestra de vino». Y esta dedicación la mantuvo durante los más de 60 años de vida profesional dedicada al vino.

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José Manuel se muestra especialmente orgulloso de cuatro «hitos» que logró su padre durante todos estos años: promovió la Denominación de Origen Mancha para prestigiar el sector ante unos compradores habituados a fijar los precios del vino; se esforzó en crear uniones de cooperativas de todo el país (Covinex) para poder competir en el mercado nacional y exterior, «llegando a vender vino a la Unión Soviética cuando en España aún vivía Franco»; promovió la inversión de las cooperativas en instalaciones y en prácticas enológicas; y logró traer a las cooperativas representantes de cadenas de distribución extranjeras. Todo este trabajo, y durante tantos años, solo fue posible hacerlo por su «pasión absoluta por su trabajo», resume José Manuel. En su última época estuvo muy vinculado a Fenavin, un encargo de Juliá que «le rejuveneció». «Creo que mi padre le debe más a Fenavin que Fenavin a mi padre», dice agradecido su hijo.

No le va a la zaga lo que significó Román Cantarero para Fenavin, todo un apoyo para Juliá cuando la feria se disponía a dar sus primeros pasos. El fundador de Alvinesa, que falleció el pasado mes de enero a los 89 años, fue una de las personalidades más respetadas en el sector del vino tanto en Castilla-La Mancha como en el resto del país. Jesús, su hijo y persona que heredaba este importante legado, personal y profesional, estuvo presente en la comida en la que Manuel Juliá explicó el proyecto de Fenavin tanto a Román Cantarero como a Rafael Díaz Salazar. «Mi padre y Rafael se pusieron a su servicio y nuestros comerciales empezaron a visitar bodegas».

El trabajo de Román Cantarero fue clave a la hora de atraer bodegas y compradores a la feria en sus primeras ediciones, y después, curiosamente, Fenavin se convirtió en «un problema» para él, porque «pasó de llamar él para que vinieran a la feria a que algunos amigos con bodegas les llamaran pidiéndole el favor de hacerle un hueco en Fenavin». La visitó hasta su última edición y nunca llegó a sorprenderse del éxito que había tenido, aunque como valora su hijo, «él nunca se atribuyó nada, porque él decía que su aportación la había hecho con todo el cariño».

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Román y Rafael, más que amigos, fueron dos visionarios, dos pioneros y dos enamorados del mundo del vino, a los que Fenavin estará eternamente agradecido.

Promoción nacional. El gran mérito de Fenavin fue que nació siendo un rotundo éxito. La fórmula de hacer coincidir en un mismo lugar a expositores y a compradores fue la clave de que la feria ciudadrealeña diera zancadas en vez de gateos en sus primeras ediciones. Y ese éxito inicial tuvo muchos padres, al margen de las personas que sustentaban la responsabilidad de dirigir el certamen. Personas como Román Cantarero o Rafael Díaz-Salazar, asesores de lujo del director, Manuel Juliá.

Pero en el ámbito nacional, es de justicia destacar nombres como los de Carlos Falcó o Alfonso Cortina, destacados empresarios del mundo del vino que colaboraron con Fenavin en los momentos más decisivos. Fenavin les echará de menos en esta edición 2022, la primera en la que lamentará su ausencia, por lo que no dudó en tener un pequeño gesto con su memoria nombrándolos 'Maestros  Fenavin' a título póstumo.

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El acto se celebra este martes (17.30 horas) en la Galería del Vino Globalcaja, con palabras de laudatorio de José Bono, expresidente de Castilla-La Mancha y del Congreso de los Diputados, y de Manuel Villanueva, director general de Contenidos de Mediaset España.

Carlos Falcó y Fernández de Córdoba, marqués de Griñón, fue presidente de Pagos de Familia y uno de los impulsores de la Denominación de Origen de los Pagos de España, el germen de las actuales denominaciones de origen. Participó activamente en las actividades que se han realizado durante las últimas ediciones de Fenavin, tanto como ponente como moderador.

Entre otros méritos, se le considera el introductor en España de las uvas syrah y petit verdot, así como de la variedad cabernet sauvignon en Castilla-La Mancha. También fue pionero en la introducción de nuevas tecnologías agrarias como el riego por goteo o las espalderas y fue presidente de la Academia Castellano-Manchega de Gastronomía. El aristócrata sevillano falleció en Madrid el 20 de marzo a los 83 años de edad, tras dar positivo por coronavirus.

Por su parte, el empresario y bodeguero Alfonso Cortina Alcocer  ya fue nombrado embajador del Vino en Fenavin 2017. Fue presidente de Repsol durante ocho años, pero su verdadera pasión fue el mundo del vino, al que se dedicó desde su bodega Pago de Vallegarcía, en plenos Montes de Toledo, en la que volcó todos sus conocimientos empresariales.

Siempre ha sido un gran activista de Fenavin, además de un convencido defensor, del que decía que era «la gran feria española del vino, el escaparate internacional imprescindible para el conocimiento y comercialización de los vinos españoles».

En abril de 2020, el coronavirus también atacaba al empresario madrileño mientras pasaba el obligado confinamiento en su finca Villa Cortina de Retuerta del Bullaque. Tras ser trasladado al hospital de Toledo, el expresidente de Repsol y Portland Valderrivas, entre otras muchas responsabilidades empresariales, murió a los 76 años. Un hombre que tampoco olvidará nunca Fenavin.