De dibujo escolar a amuleto de paz en la guerra de Ucrania

Hilario L. Muñoz
-

Varios centenares de dibujos de escolares de Ciudad Real viajan este domingo a una fábrica de chalecos antibalas, como una manera de hermanarse con el sufrimiento del pueblo ucraniano

De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania

La guerra de Ucrania guarda muchas historias de la relación de ucranianos con la provincia de Ciudad Real y una de ellas versa sobre por qué algunos de los soldados que luchan en el frente ucraniano llevarán un dibujo de niños ciudadrealeños pidiendo que llegue la paz al conflicto. Se trata de un viaje de ida y vuelta, en el que participan una ciudadrealeña nacida en Ucrania, un taller de restauración de muebles y una refugiada que regresará a su país. 

"Hace unas semanas me llamó un compañero de mi colegio, un amigo de la infancia desde los 7 años", explica la pintora ucraniana Natalia Zhylitska. Esta persona le comentó que era soldado en su país, pero que le habían pasado a la reserva, por lo que estaba colaborando como podía en el conflicto armado. Este amigo de Zhylitska vive en un municipio de Ucrania donde había una fábrica de calzado y que ante la guerra, como pasó en España con tantas fábricas en pandemia, se ha reinventado, usando las máquinas y los materiales para hacer chalecos antibalas. Desde que recibió la llamada, desde Ciudad Real ha salido material para la fábrica, como velcro o telas necesarias para la fabricación de estos equipos de protección. 

Una periodista que se puso en contacto con Natalia, le pidió contactos en la zona y ella le ofreció el de este antiguo amigo. La periodista y su equipo fueron a la fábrica y al volver quedó con la pintora para hablar sobre lo que había visto. "En una foto que me mostró, había en una mesa, junto a los chalecos, bastantes dibujos de niños". Ella le preguntó a su amigo por qué estaban esos dibujos y le explicó que se los enviaban los escolares de la zona y las costureras al terminar un chaleco los dejan en un bolsillo. "Guardan un dibujo como un amuleto en cada chaleco". 

De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de UcraniaDe dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania

A partir de aquí surgió la idea de que niños de España pudieran participar en esta iniciativa como "un gesto bonito" fruto de ese hermanamiento entre pueblos, ya que hay muchos ucranianos en colegios españoles, cuyos padres o familiares están en el país o incluso en el frente defendiendo su tierra. Zhylitska lo comentó en un taller de restauración en el que es alumna y varios de los participantes optaron por hacerlo en sus colegios. "Justo era la semana del libro y desde el miércoles al jueves en menos de una semana me trajeron cientos".

Son una "barbaridad" de dibujos, con mucha participación sobre todo de estudiantes del colegio José María de la Fuente de la capital, donde no hay ninguna clase que haya rechazado la iniciativa. "Muestran una reflexión positiva, sin nada de guerra ni de bombas ni de conflictos", explicó Nolasco Sánchez, uno de los profesores que ha optado por esta iniciativa, donde hay también escolares de otros institutos de la provincia. Se busca dar "ánimo" ante la situación del país, con dibujos hechos por niños de 3 a 11 años. Hay "palomas o flores" con un contenido "muy tierno", explicó la pintora ciudadrealeña. 

Más fotos:

De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania
De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania
De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania
De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania
De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania
De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania
De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania
De dibujo escolar a amuleto de paz para la guerra de Ucrania

Este domingo estos dibujos partirán hacia esa fábrica de chalecos. Los llevará, la última protagonista de esta historia, una ciudadana ucraniana que ha estado refugiada un tiempo en Ciudad Real, pero que ha decidido volver a su país. Se trata de una ciudadrealeña que salió de Járkov, ante el conflicto y que ahora regresa a Ucrania, para asentarse en una zona lejos de la guerra, cerca de esa fábrica de chalecos que coserá dibujos ciudadrealeños como amuletos para una guerra que se nos queda tan cerca.