La mortalidad en 2021 está ya en la media de la década

Hilario L. Muñoz
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El impacto de la tercera ola del COVID queda amortiguado y el exceso de fallecidos de la pandemia empieza a desaparecer

La mortalidad en 2021 está ya en la media de la década - Foto: Rueda Villaverde

La evolución de la vacunación es, sin duda, la mejor noticia del año 2021 con récord de pinchazos casi todos los días y que permiten inocular más de 2.000 dosis al día en la gerencia de Ciudad Real. Se trata de un aumento de las personas inmunizadas que aproxima cada vez más la luz del final de túnel y que se completa con otras estadísticas, como la caída de la mortalidad, tras un 2020 que disparó los datos de fallecidos. En este sentido, Ciudad Real es ya una de las provincias en el que la muertes se encuentran en una situación de normalidad, de hecho ligeramente por debajo del número de fallecidos de la última década en la provincia, a pesar de que la tercera ola, en enero, hizo mella, con un incremento de muertes en los meses de enero y de febrero. 

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que en la semana 16 del año, hasta finales de abril han fallecido 1.916 personas en Ciudad Real, cuando la media es de 1.971 muertes a estas alturas del año. Actualmente hay tres años que superan los datos de fallecidos que Ciudad Real lleva a estas alturas: obviamente el 2020, cuando el impacto del coronavirus hizo que hubiera hasta 90 muertos diarios en algunas semanas; pero también los años 2015 y 2012.

Como muestra del efecto de la vacunación en la población de Ciudad Real se puede señalar que, cuando las dosis han hecho su efecto, ha descendido la mortalidad a niveles previos a la pandemia. Entre finales de enero, cuando el primer grupo de residentes de centros sociosanitarios había recibido la segunda vacuna, y a finales de febrero, cuando la vacunación sumó el personal esencial, la curva de la mortalidad inició un descenso definitivo. En concreto, desde el año 2012 a la actualidad, la media de muertes cada semana se sitúa en los 104 fallecidos en la provincia. Todas las semanas hasta febrero superaron ese dato, llegando a casi doblarse en la tercera del año, dos semanas después de acabar la Navidad cuando la tercera ola se encontraba en su pico más alto y moría 195 ciudadrealeños. En la sexta semana del año, cuando ya habían recibido las dos dosis muchos residentes y habían pasado los siete días para lograr el máximo de anticuerpos, la cifra de mortalidad bajó a 122. Posteriormente, a mediados de marzo, cuando la vacunación avanzaba entre mayores de 70 y la gran parte del personal esencial había recibido una dosis, los fallecidos cayeron por debajo del centenar. 

Datos para la reflexión. La estadística del INE de fallecidos semana a semana refleja todas las muertes que ocurren en Ciudad Real y permiten reflexionar sobre lo que ha supuesto la pandemia. La estadística indica que la primera ola fue devastadora para la provincia, desbordando un sistema de enterramientos que no estaba preparado para enterrar a centenares de personas cada semana. De la semana 12 a la 16 del año pasado, Ciudad Real recibió el impacto más duro del coronavirus con 233 fallecidos en los últimos días de marzo, cuando ya se había declarado el primer estado de alarma; 371 en la primera semana de abril; 567 y 581 en las siguientes; y 256 a finales de mes, cuando ya se hablaba de reducir las medidas. 

En ningún momento de la tercera ola se han alcanzado esos datos y mucho menos en la cuarta, gracias a la disposición de equipos de protección y, sobre todo, al proceso de vacunación que ha logrado frenar las muertes y conseguir unos datos que se podrían considerar de normalidad, pese a que el COVID-19 sigue estando presente, ayer, con una víctima más.