Tras dos veranos en los que las sanciones por beber en la calle se han disparado, este 2022 parece que se han calmado algo y que las campañas municipales o el hecho de que el botellón lleve dos años de prohibición absoluta han surtido efecto. Así lo señaló la concejala de Sostenibilidad, Mariana Boadella, cuya área ha publicado los expedientes abiertos por incumplir las ordenanzas medioambientales y que muestran que las sanciones por consumir alcohol en la vía pública caen más de la mitad, pasando de las 320 de 2021, a las 154 de este año. El dato es incluso menor que en 2020, cuando tras el confinamiento se anunció que el botellón no volvería a la zona del Inem.

«Nos hemos ido concienciando y ya se sabe que no se puede beber alcohol en la vía pública», dijo Boadella, quien considera que las sanciones tienen «efecto disuasorio». En este sentido, apuntó que se ha sancionado «a mucha gente», en concreto se han abierto más de 1.300 expedientes desde la prohibición, lo que hace que se crea conciencia. Se reduce pese a que «ha habido intentos, en las fiestas» por recuperar el botellón, pero cree que el apoyo de jóvenes y el trabajo de la Policía Local ha evitado «botellones con menores». Por último, señaló el papel fundamental de la juventud ante lo que es un «cambio de hábito».

Como muestra de esa concienciación, además de reducirse las sanciones por el botellón, también caen las de ruidos en los hogares, pasando de las 90 del año pasado a 19.

Mientras bajan estas sanciones, la Concejalía anota un incremento de sanciones en limpieza, por aspectos como liberar basura de forma inadecuada o contenedores, así como solares, fruto de una campaña municipal que también se ha realizado para controlar mascotas. Esta última se ha realizado por un cuerpo de inspección de la Policía Local, que se va «a reforzar» y que ha hecho que hayan aumentado las multas en todas las áreas de las ordenanzas, perros peligrosos, permanecer en terrazas o vacunación.