Al sabor de la tradición

Ana Pobes
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Puertollano cumple con el ritual de elaborar el guiso de carne del Santo Voto en un año muy especial debido al COVID-19. El estofado se repartió de forma simbólica entre colectivos como personas sin hogar

Al sabor de la tradición - Foto: Rueda Villaverde

Puertollano no pierde la esperanza de superar pandemias. Ya lo hizo en 1348, cuando la peste asoló la localidad y solo trece familias sobrevivieron, y en 1489. Ahora el país y la ciudad industrial se enfrentan a otra epidemia, la del COVID-19, y a la que Puertollano afronta, como lo ha hecho siempre, desde la unidad. La casualidad ha hecho que lo que se vivió hace casi 700 años se vuelva a repetir en un escenario muy similar y bajo la preparación y el reparto del Santo Voto, un guiso elaborado a base de carne de ternera y patatas que se da a degustar entre los vecinos a excepción de este año para poder garantizar las medidas de seguridad y evitar nuevos contagios. Aún así, la Corporación municipal quiso que Puertollano escribiera un nuevo capítulo de su historia y el Santo Voto se ha celebrado de forma simbólica. Es un homenaje a todas las víctimas de pandemias.    

En la noche del miércoles, las llamas de las trece ollas de barro en las que se elabora el guiso llenaron de emotividad la zona de la ermita de la Virgen de Gracia, donde se guardó un minuto de silencio en recuerdo de los fallecidos. Un acto «sencillo y simbólico con el que se pretende dar muestra de dolor y pésame a todas las familias de las personas fallecidas durante este tiempo como consecuencia del COVID-19», declaró la alcaldesa de la localidad, Isabel Rodríguez. El encendido de esas ollas era el paso previo para elaborar el sagrado guiso de carne que por décimo año consecutivo ha corrido a cargo de José Ángel Sánchez, y que esta mañana se repartió entre las personas sin hogar, residencia de mujeres de las Hermanas de la Cruz, Policía Local y el Hospital de Puertollano. La localidad mantuvo así intacta la tradición donde tan solo faltó el calor de otros años de los cientos de puertollanenses que aguardan con impaciencia conseguir su ración de carne. 

Tras la eucaristía en honor a la Virgen de Gracia, patrona de la localidad, el párroco bendijo el estofado y los panes. «Un año más nos reunimos en torno a la Virgen, y lo hacemos en un año especial por el coronavirus, una situación que nos vuelve a unir», declaró al tiempo que pedió por los fallecidos, los enfermos y los empobrecidos. 

Al sabor de la tradiciónAl sabor de la tradición - Foto: Rueda VillaverdeLa alcaldesa de Puertollano, Isabel Rodríguez, apeló también a esa unidad para «lograr el desarrollo y el futuro que merece esta ciudad». Ante las adversidades Puertollano «siempre se ha unido» y ha mostrado «fortaleza», y unidos, sentenció, vamos a salir adelante. Y de momento, la ciudad industrial va por buen camino, ya que a fecha de ayer no quedaba «ninguna persona en planta por COVID en el hospital», por lo que sin duda, es una «muy buena noticia», subrayó. 

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Al sabor de la tradición - Foto: Rueda Villaverde

Cincuenta kilos de ternera, otros cincuenta de patatas, cuatro de pimientos verdes, otros cuatro de pimientos rojos, cinco de tomates, seis litros de vino blanco, 150 gramos de pimentón y pimienta. Ingredientes que no han interrumpido esa tradición cuyo origen está en una pandemia. «Recordarla y revivirla hoy (por ayer) en las mismas circunstancias era muy simbólico para nosotros y toda la ciudad lo está viviendo con la emoción con la que la estamos viviendo desde la Corporación municipal», declaró Rodríguez, quien confió en que el año que viene «lo podamos celebrar con coros, con danzas, con los mayos y recogiendo los vecinos la comida como se ha venido popularmente haciendo hasta este año». Hasta entonces, la unidad será el mejor ingrediente para que Puertollano cierre uno de los peores capítulos de su historia y de la del país.