El historiador Fernando del Rey se muestra seguro de que su libro Retaguardia roja: Violencia y revolución en la Guerra Civil española, no debería molestar a sus lectores. «Este es un libro que no tiene vocación polémica, sino más bien didáctica, este es un libro de historia académica y si hay polémica es porque alguien lo ve con su ideología», detalla en declaraciones a La Tribuna.
Del Rey, catedrático de Historia del Pensamiento y los Movimientos Sociales y Políticos de la Universidad Complutense de Madrid que imparte su enseñanza en la Facultad de Ciencias Políticas, presentó ayer esta obra en el antiguo Casino de Ciudad Real. Allí estuvieron también los historiadores José María Barreda, expresidente de Castilla-La Mancha; y Francisco Alía, catedrático de la UCLM, donde comparte docencia con Barreda.
Del Rey reconoció que lo más complicado a la hora de elaborar esta publicación fue la organización del material acumulado, debido a que su trabajo se basa «en una base de datos que no se ha reproducción aún, ni siquiera en los listados de las víctimas, que me ha llevado años elaborarla».
En referencia a la Causa General elaborada por los vencedores para determinar las responsabilidades de los miembros del bando republicano tras la Guerra Civil, detalló que «hay datos que son objetivables y otros que no tanto». En su caso, se ha valido menos de los informes de autoridades y más de los testimonios directos «de los paisanos de a pie, son los que te dan los datos más objetivos, porque lo hacen bajo juramento y sobre una serie de preguntas tipo y aunque alguna mentira sí que hay, la mayoría cuentan lo que saben, cuándo detienen a sus familiares, dónde aparece muerto, dónde se lo llevaron». Eso sí, adelanta que su trabajo se ha basado más en utilizar otro tipo de documentos.
Barreda subrayó que Retaguardia Roja es «la investigación más rigurosa que hay sobre la Guerra Civil, además trata de un espacio que nos es muy conocido porque es la provincia de Ciudad Real», al tiempo que de su lectura obtiene una conclusión: «Nunca deberíamos perder de vista que cuando no hay moderación la democracia desaparece y que la exacerbación de las pasiones y la utilización de la violencia política es una pedagogía que conduce a enfrentamientos fratricidas».
Alía consideró esta obra «un libro muy importante que aborda un tema muy poco tratado de forma profunda en todo el país, que es la violencia en el bando republicano, aunque es verdad que hay muchas más fuentes para estudiar la violencia en el bando franquista».