La campaña micológica, en vilo a la espera de lluvias

Ana Pobes
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La sequía pone en jaque, un año más, la aparición de setas tras dos temporadas sin actividad micológica en la provincia. La clave está en el agua que pueda caer antes del puente del Pilar

Esperan que la llegada de lluvia salve la campaña micológica - Foto: Rueda Villaverde

La aparición de setas en el campo depende de la lluvia. Si no cae agua, no hay setas. Y, de momento, tras cerrar el año hidrológico más seco en casi dos décadas, se siguen esperando las precipitaciones necesarias para que los expertos micológicos sean optimistas con la campaña de este año. La sequía pone en jaque la aparición de hongos después de tres años seguidos en los que no se han visto apenas níscalos en el campo.

Las previsiones no son nada halagüeñas para los expertos y profesionales del sector. Juan Campos, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y experto micológico, señala que el terreno está muy seco y el tiempo ha sido muy cálido, por lo que los micelios, que viven en el suelo, están sufriendo un «gran estrés hídrico». Todo eso, lamenta, lleva a que la campaña se plantee mal. «La situación pinta muy mal», reconoce en declaraciones a La Tribuna. Tiene que llover y lo tiene que hacer en abundancia los próximos días, como muy tarde, antes de la festividad del Pilar, el 12 de octubre. De lo contrario, no habrá campaña micológica. Por ello, ante esta situación, no es de extrañar que los amantes y aficionados al mundo de la micología miren al cielo. Si llegan las lluvias en los próximos días, será en noviembre cuando se empiecen a ver los primeros níscalos, una de las especies más abundantes en la provincia de Ciudad Real.

Hasta ahora, apunta Campos, en las zonas situadas más al norte del territorio provincial, en áreas más húmedas y de sombría, los más afortunados pueden encontrar las setas de chopo, pero de «forma muy anecdótica». Otros años por estas mismas fechas, recuerda, los boletus ya habían hecho acto de presencia en el campo. Pero a día de hoy está todo seco, «no hay nada». «Hace unos días estuve dando un paseo por el campo y nunca antes había visto el terreno tan seco, hasta tal punto que los almendros, que aguantan bastante los episodios de sequía, se están secando», argumenta. La clave, insiste, está en el agua que pueda caer en los próximos días.

La falta de agua no está favoreciendo las fructificaciones de setas, algo que ya viene ocurriendo en los últimos tres años. «El año pasado fue muy malo y el anterior también. Cuando hablamos de campaña nos referimos a que exista una cierta actividad tanto por parte de las asociaciones micológicas como de la gente que sale en su búsqueda, pero estos años de atrás no ha habido esa actividad», manifiesta. «Es difícil que si no llueve este año se produzca esa actividad. Es una pena», enfatiza.

Campos lleva realizando las jornadas micológicas de Ciudad Real y Saceruela desde el año 2000 y señala que 2020 y 2021 han sido los peores que recuerda. Y eso, también ha repercutido en la economía de las familias, ya que son muchos los núcleos familiares que «se sacan un dinero con la búsqueda y venta de níscalos. No supone un gran impacto para la economía, pero que no haya setas supone para esas personas una pérdida de ingresos». Por el momento, y a expensas de si llueve o no, la intención es que se celebren esas jornadas micológicas que ya tienen fecha en el calendario. Así, el día 2 de diciembre, viernes, en la Escuela de Agrónomos de Ciudad Real se llevará a cabo una de ellas, y al día siguiente, 3 de diciembre, será el turno de Saceruela, uno de los pueblos con mayor tradición micológica de la provincia.

 José Antonio Morales, vecino de Saceruela y aficionado migológico, suscribe las palabras de Juan Campos y asegura que a día de hoy «no se ve ninguna seta. No sale ninguna». Para ello, para ver los diferentes tipos de hongos en el campo, insiste en que tiene que llover en los próximos días y hacerlo con intensidad, aunque «ya lo tenía que haber hecho en la primera semana de septiembre», reclama con el optimismo de que esa lluvia llegue pronto y salve la temporada micológica de este año, y que ya algunos dan por perdida.