Casi medio centenar de empresas, hasta 46, le hicieron 'un Ferrovial' a la provincia de Ciudad Real y cambiaron su sede social a otro punto no del extranjero, pero sí del país. Unas se fueron y otras llegaron, porque durante el año pasado otras 36 empresas pusieron destino a Ciudad Real desde otro punto de España para asentar aquí su sede.
Los datos los recoge el Estudio sobre Cambios de Domicilio publicado por la empresa Informa. El saldo, en 2022, fue negativo. Se fueron más sociedades de las que llegaron, pero ese titular tiene letra pequeña. El tejido empresarial se encogió, sí, pero menos que en 2021. Se fueron menos y llegaron más en 2022. Y Madrid es la protagonista en esta relación de idas y venidas. La comunidad madrileña fue el destino elegido por la mayoría de las compañías que salieron de Ciudad Real. Hasta allí se marcharon más de la mitad de las sociedades que se fueron, 29 en total. Málaga fue el siguiente destino, con una decena de empresas, mientras que Jaén y Valencia recibieron a dos compañías que, hasta el año pasado, eran ciudadrealeñas. Un año antes, las empresas que se marcharon también tenían a Madrid como destino principal: 28 de las 55 sociedades que mudaron su sede social fueron a algún punto de la geografía madrileña, que también es la que más empresas 'roba' en el resto de la región. De las 261 que se fueron de Castilla-La Mancha, 166 acabaron en Madrid. Toledo fue el territorio que más sufrió esa fuga, con 76 negocios menos.
Pero Madrid no solo quita, también da. En el capítulo de llegadas de empresas, la comunidad madrileña también aparece como la que más negocios trasladó a Ciudad Real. Hasta 26 sociedades pusieron rumbo a la provincia el año pasado. En 2021 fueron apenas una quincena. Muy lejos de esas cifras aparecen otros puntos de origen de empresas que llegan a la provincia. Dos llegaron de Barcelona y dos más de Valencia, y también trasladaron su sede social a Ciudad Real negocios de Baleares, Granada, Málaga, Las Palmas, Pontevedra, Sevilla y Zaragoza.
En la llegada, Toledo es también el punto de la región más atractivo para sumar negocios que llegaron de otros puntos del país. Fueron casi 95, con Madrid, también, como primer 'suministrador': 81. En Castilla-La Mancha el saldo es negativo. Lo lleva siendo desde que el coronavirus cambió los datos positivos que se acumulaban hasta entonces en negativos. En 2018, por ejemplo, fueron más de 300 las empresas que recibió la comunidad autónoma, un récord de movilidad empresarial para Castilla-La Mancha, que perdió empresas en 2020, en 2021 y en 2022, aunque en este último año, como pasa en Ciudad Real, con menos salidas 261 que en 2021, 293; pero también con menos llegadas: 223 frente a las 281 de un año antes.
Si se atiende a la facturación que representan estas empresas que han cambiado su domicilio, Andalucía es la que recorta en mayor medida, 1.037 millones de euros, a pesar de su saldo positivo por número de empresas. Cataluña es la siguiente, resta 693 millones de euros. Castilla-La Mancha pierde 469, Galicia 465 y Madrid también baja, 429 millones de euros menos.
Dentro de este movimiento de sociedades no aparecen los traslados que se producen en el marco de la provincia o de Castilla-La Mancha, donde, por ejemplo, la constructora Barahona anunció hace unos días su traslado desde Moral de Calatrava a Manzanares.