Un aliado inesperado hacia el título europeo

Eduardo Gómez
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La madrileña Joana Pastrana se proclamó campeona continental por tercera vez tras recuperarse en una clínica de Miguelturra de una grave lesión en su mano derecha

Joana Pastrana, durante una de las sesiones de recuperación. - Foto: LT

«Lo que no encontré en Madrid lo conseguí en Miguelturra. Parece curioso, pero es así». Con estas palabras resume Joana Pastrana el pequeño ‘milagro’ que ha vivido en la recuperación de su mano derecha y que le ha permitido proclamarse campeona de Europa del peso mínimo por tercera vez.

La púgil madrileña sufría una lesión en su mano derecha que ponía en riesgo el futuro inmediato de su carrera deportiva, hasta que a través de un amigo común conoció a Jesús Segura, fisioterapeuta de la Clínica Clifis, ubicada en Miguelturra, y antiguo jugador, entre otros equipos del Club Baloncesto Ciudad Real.

«Ha sido muy duro, con sesiones que incluso duraban ocho horas, pero he aprendido muchísimo con Jesús, ha demostrado ser una gran persona», explica Pastrana, en cuya recuperación empleó aparatos de última tecnología casi únicos en España y otros tratamientos ‘manuales’ que permitieron que afrontase la pelea por el título continental con plenas garantías. «Buena parte del éxito es de Jesús, que tendrá asegurado un sitio especial en las veladas cuando se permita el público», explica la boxeadora madrileña, que en junio de 2018 consiguió el título mundial IBF. 

Estado en el que estaba su mano derecha.Estado en el que estaba su mano derecha. - Foto: LT«No me gusta colgarme medallas, sólo hacemos nuestro trabajo», indica Jesús Segura, que destaca de Pastrana «su humildad. Es un auténtico cielo. Nunca piensas que una deportista de élite puede ser así».

El fisioterapeuta tuvo que seguir el combate por la televisión y confiesa que «me fijaba en algún movimiento o en algún gesto que delatase dolor o malestar. Cuando ves que gana es una satisfacción tremenda, pero el éxito es de ella».

Los problemas en la mano derecha llegaron a raíz de una fractura y, aunque el hueso soldó bien, inconscientemente la deportista cambió su pegada y eso provocó que otras zonas de la mano se resintiesen. Tras concluir el confinamiento, Pastrana se puso en manos de Jesús Segura en la Clínica Clifis y, en permanente contacto con sus entrenadores, comenzaron con una recuperación muy laboriosa y complicada, pero que llegó a buen puerto.

Tras proclamarse campeona de Europa, ha continuado haciéndose pruebas y todas revelan que la mano sigue evolucionando. Ahora bien, Pastrana no se marca una fecha para defender su cinturón. «Toca esperar por la pandemia, pero el objetivo es volver a boxear cuando se pueda y eso implica no parar de entrenar». Una preparación donde ha encontrado en Miguelturra un aliado imprescindible.