José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


La caza de los cazadores

29/03/2023

La noche nos confunde. La frase de 'alguien' que fue novio de 'alguien', tiene guasa pero nos lleva a la realidad. La noche de los tiempos no nos confunde, nos confunde la noche de los que mandan en el campo sin haber salido de un despacho. El otro día, por defender la caza, me ha puesto en el punto de mira de muchas redes sociales de manera injusta y con argumentos para ignorantes. La caza es una actividad que nació para comer y sigue existiendo para comer. La carne de la caza se come como se comen las vacas, que no son sino antigua caza que hoy las hemos metido en un corral para poderlas 'cazar' más fácilmente y llevarlas al matadero. Además la caza es riqueza, son los ingresos que tenemos en el mundo rural, y que además da de comer a muchos secretarios, rehaleros, organizadores y es un sistema de supervivencia del campo en España. Es cierto que la caza tiene que regularse de manera que exista un equilibrio entre dicha actividad y la misericordia para con los animales, y también es cierto que hay mucho 'pegatiros' por ahí que no respetan la naturaleza. Pero lo normal es que el mundo de la caza es el mundo de la ecología. Cuando se morían millones de personas en la India, el gobierno repartió tierras entre los colonos hindúes, y como a los tigres les resultaba más fácil comerse un niño, que no corría tanto como una gacela, los colonos envenenaron a los tigres; ojo, los colonos, no los cazadores que los protegían porque eran su modus vivendi. Lo mismo pasó con los lobos y con muchas otras especies que trufaban la sociedad pero que constituían un peligro para las personas que convivían con ellos. Hoy la caza además regula lo que antes regulaban los tigres y los lobos. El rifle sustituyó los colmillos del lobo y las garras del tigre con ventaja para las víctimas. Eso lo sabemos todos y cada día en cada reportaje del National Geographic lo podemos ver en la televisión. No es lo mismo morir a bocados del colmillo que de un disparo. Pero cualquier animal cuando se va a morir, y se tumba en vísperas de su muerte no muere con alguien dándole la mano. Cuando empieza su proceso y cae, hay otros animales que se lo comen vivo, poco a poco pegándole bocados en sus partes más blandas y muchas veces llega un cuervo o un buitre y se come sus ojos. Otras veces, como el caso de un gato callejero, cuando ya decrépito se tumba en un rincón a morir, llegan las ratas y se lo comen vivo. Esa es la naturaleza. Cuando Vd. se come una ración de jamón que sepa que el jamón no es una verdura, que antes había un cerdo al que hemos encerrado en un corral y lo hemos matado. Y así todo. Cuando se pesca un pez y Vd. lo tiene en su plato, hay una agonía que genera un anzuelo y luego al salir a la atmosfera muere asfixiado, pero ese mismo pez se lo puede comer a bocados otro pez. Eso es naturaleza. Cuando se prohibió la caza del macho montés en Cazorla por culpa de una ministra animalista de la Junta de Andalucía, la población de cabra hispánica creció tanto que se comió todo lo que se podía comer y las plantas que no eran comestibles ocuparon su lugar sin remedio para siempre. Luego tuvieron una epidemia de sarna que le transmitieron al resto de los animales. La caza era equilibrio natural. Su prohibición desde los despachos fue el sufrimiento de muchos animales y sobre todo de la flora. Que no nos vengan desde los despachos sin haber pisado el campo a decirnos lo que tenemos que hacer.