El siglo XX desde la platea

L. Buitrago
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Desde 1908 hasta el 2001 el cine Crisfel, regentado por la familia Cenjor, fue el centro neurálgico del ocio de Alcázarde San Juan a través del circo, el teatro y el cine y un lugar clave para la memoria de los ciudadanos del municipio

El siglo XX desde la platea - Foto: Rueda Villaverde

Entrar dentro de lo que fue el cine Crisfel es como viajar al pasado. En su interior se aprecia el tiempo que han pasado desde su cierre, 18 años en los que la ausencia de uso y algunos actos de vandalismo juvenil dejaron estragos. Sin embargo, basta con observar la emoción en los rostros de María José Cenjor (Josefa) y Gema Carretero, nieta y bisnieta del que fue su fundador, para entender que lo que se esconde dentro de este edificio que es todo un recorrido por el siglo XX de Alcázar de San Juan y no un mero auditorio antiguo.

Situado en el número 3 de la avenida de Criptana, el que en sus inicios recibió el nombre de Teatro Moderno fue, desde su creación el 8 septiembre de 1908, el principal punto de encuentro del entretenimiento de la localidad. De hecho, el archivero municipal, Paco Atienza, recalca que: «Estoy seguro de que no hay un solo alcalzareño de más de 25 que no haya acudido alguna vez a este lugar», e incluso se muestra convencido de que «alguno incluso habrá conocido aquí a su primer amor».

Ahora, concretamente el pasado 19 de noviembre, el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan se ha hecho con este espacio que alberga innumerables historias con el fin de transformarlo en un centro cultural y un nuevo auditorio, aunque el archivero municipal incide en que «de momento no hay nada establecido».

El siglo XX desde la plateaEl siglo XX desde la platea - Foto: Rueda VillaverdeNo obstante, este insiste en que el objetivo del Consistorio es «mantener su función original en la medida de lo posible». Y esto mismo es lo que esperan Gema y Josefa, que según esta última la cesión al Ayuntamiento «es lo mejor que podíamos hacer» y resaltó que «confiamos en que sepan hacer que el Crisfel mantenga la esencia de lo que fue».

Su fundador fue Cristóbal Cenjor, un hombre al que le gustaba el espectáculo aunque destacaba, sobre todo, por su carácter emprendedor. Así es como define Josefa Cenjor, de 86 años, a su abuelo, que aunque no llegó a conocerlo relata, desde los testimonios de su padre, que Cristóbal «era un hombre extraordinario que siempre buscaba crecer y crecer». No en vano, ya regentaba una fábrica de alcohol y el bar Alces, un local muy conocido entre los alcazareños de la época, en el momento en el que fundó el teatro.

Este afán de crear un teatro a lo grande, unido a la presencia del ferrocarril en el municipio, hizo que desde los inicios del espacio fueran numerosas las representaciones teatrales que pasaron por su escenario, así como también los espectadores que acudían a verlas tanto desde la localidad como de los alrededores. Asimismo, Josefa recuerda también que al principio se realizaban espectáculos circenses y que los trapecistas «subían y bajaban por todos lados».

El siglo XX desde la plateaEl siglo XX desde la platea - Foto: Rueda VillaverdeNo obstante, fueron el séptimo arte y las artes escénicas, repartidas entre dramas, zarzuelas, conciertos y toda clase de representaciones, los que se consolidaron como el alma del Teatro Moderno y, posteriormente, el cine Crisfel, como así lo renombraron Jesús y Rigoberto, hijos de Cristóbal y su mujer Felisa, tras su fallecimiento en los años 30.

Las bribonas, zarzuela estrenada en junio de 1908 en el Teatro Apolo de Madrid, fue la obra que se encargó de inaugurar el escenario del ‘Crisfel’, engalanado con un telón pintado a mano del que solo existe otro igual en el teatro María Guerrero de Madrid, lo que le convierte en uno de los bienes más preciados del espacio y uno de los más cuidados por la familia Cenjor tanto al principio como en la actualidad.

Desde entonces, «por allí pasaron las compañías de teatro más importantes de España, como las de la actriz argentina Celia Gámez o la del barítono Marcos Redondo», relató Josefa. Algo a lo que su hija Gema, de 51 años, añadió que, en cuanto a personalidades, también se subieron a las tablas del auditorio artistas como «Antonio Molina, que vino muchas veces, Quique Camoiras, Gracita Morales y los padres de Plácido Domingo», resaltó.

El siglo XX desde la plateaEl siglo XX desde la platea - Foto: Rueda VillaverdeA estos nombres se sumaron otros como el de Sara Montiel o Mario Moreno (Cantinflas). Sin embargo, ambas incidieron en que Crisfel también fue un lugar donde tuvo cabida el arte alcazareño de la mano de asociaciones culturales locales y artistas como la cantante Mary Monreal o el guitarrista Domingo Parra, así como las representaciones escolares de los colegios del municipio.

el séptimo arte. Fue en 1932 cuando llegó la segunda seña de identidad del ‘Crisfel’ de la mano del cinematógrafo, traído por Jesús y Rigoberto con el fin de revolucionar el entretenimiento de los alcazareños.

«Lo trajeron por probar, y la verdad es que funcionó muy bien», relató Josefa, al tiempo que añadió que los inicios del séptimo arte en Crisfel vinieron de la mano del cine mudo. «Recuerdo ver cómo mi hermana, 14 años mayor que yo, giraba la manivela del cinematógrafo mientras que el músico tocaba el piano », explicó la anciana.

El siglo XX desde la plateaEl siglo XX desde la platea - Foto: Rueda VillaverdeEl sonido llegó de la mano de El desfile del amor, una comedia musical de Ernst Lubitsch, a la que poco a poco siguieron los estrenos más taquilleros de sus respectivas épocas. Desde las películas de Groucho Marx y el Gordo y el Flaco hasta Titanic, que según Gema fue «la película más exitosa de la historia de este cine, sin duda alguna».

Esto fue posible gracias a la implicación de Manuel Carretero, que ejerció como el último dueño del teatro. Él no era descendiente directo de los Cenjor. De hecho, era dueño de una carpintería, pero al ser la pareja de Josefa «acabó trabajando en el cine y estuvo muy implicado, hasta el punto de que terminó por dirigirlo a la muerte de Jesús y Rigoberto», ya que «ellos solo habían tenido hijas y nosotras no podíamos hederarlo».

Su marido falleció en 2009, ocho años después del cierre del ‘Crisfel’, pero según recalcó y «siempre cuidó al teatro como un hijo, tanto cuando estaba abierto como cuando ya había cerrado». En este sentido, incidió en que el padre de Gema «siempre se encargó de traer los últimos estrenos y las tecnologías más punteras que aparecían en ese mundo, aunque no tuviese ‘un duro’, entre ellas los sistemas de audio Dolby y el surround, «así como también se preocupaba por llamar a servicios de limpieza para que lo mantuviesen cuidado tras su cierre».

El siglo XX desde la plateaEl siglo XX desde la platea - Foto: Rueda Villaverdeun lugar de historia. En los 111 años en los que estuvo vigente este teatro-cine, este fue adaptándose a las necesidades de cada época, lo que le convierte en un referente de los acontecimientos históricos que acompañaron a España en el siglo XX.

En este sentido, durante los años de la Guerra Civil perteneció temporalmente a la colectividad de espectáculos públicos de UGT, para después ser requisado hasta su reapertura en la época franquista. «Aquí tuvo que pasar por todos los condicionantes de la censura, desde el párroco que venía a decirnos cómo tenían que vestir las actrices hasta los recortes que nos obligaban a hacer en las películas al más, puro estilo de Cinema Paradiso», subrayó Gema, que además recuerda como «estábamos deseando ver la película con nuestra zarzaparrilla en la mano y teníamos que esperarnos a que terminara el NODO».

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Frente a esto, la llegada del cine a color en los años 50 y 60 vino acompañada de la época dorada de Crisfel, tiempos de esplendor que se mantuvieron hasta que, en los 90, la llegada del VHS y de los multicines de Alcázar de San Juan  vinieron acompañados de una bajada de espectadores que llevaron a Manuel Carretero, finalmente, a echar el cierre de este teatro-cine, porque según Josefa «el teatro no caía, pero lo otro sí, y con eso solo no se podía vivir».