Nueve orejas y un rabo en Villamanrique

Julio César Sánchez (EFE)
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Después de más de veinte años volvían los toros a la localidad, con la plaza casi llena y éxito para Manuel Escribano, Román y Joaquín Galdós

Los tres diestros, a hombros. - Foto: Ignacio Rubio

Nueve orejas y un rabo fue el exitoso balance artístico de la festejo con la que volvieron hoy los toros a Villamanrique después de más de veinte años, y lo hicieron en tiempo de pandemia y la plaza casi llena.

El primero resultó bronco, soltando la cara en los dos primeros tercios. Sin embargo, Escribano logró suavizar sus acometidas levemente, sin demasiadas sutilezas, terminando entre los pitones. Lo mejor, la contundente estocada cobrada en el primer intento.

Nueve orejas y un rabo en VillamanriqueNueve orejas y un rabo en VillamanriqueTampoco tuvo entrega ni clase el cuarto, con el que Escribano se fajó con pundonor para complacer a los poblados tendidos que antes se habían puesto en pie con los cuatro pares que clavó el torero de Gerena, más lucidos que los logrados en el que abrió plaza.

De nuevo se tiró a matar con mucha verdad a pesar de que su oponente echaba la cara arriba (como efectivamente hizo) y lo pasaportó con efectividad, cortando un rabo en pago a su disposición.

Nueve orejas y un rabo en VillamanriqueNueve orejas y un rabo en VillamanriqueRomán se enfrentó en su primer turno a un ejemplar gacho y poco ofensivo de pitones que se dejó bastante por el derecho. Por ahí llegaron los momentos más rescatables de un trasteo aseado sin más que fue bien rematado con la espada a la primera.

El quinto pasaba sin humillar por lo que, después de intentarlo sin brillo por los dos lados, optó por un arrimón que derivó en una voltereta sin consecuencias. Dejó media arriba y a sus manos fue una oreja.

Nueve orejas y un rabo en VillamanriqueNueve orejas y un rabo en VillamanriqueEl tercero resultó muy toreable por el derecho, pitón por el que Joaquín Galdós basó su faena, asentada de plantas, ceñida a pesar de citar algo al hilo y de buen tono en general. Como hicieran sus compañeros mató certeramente al primer viaje, aunque necesitó de tres golpes de descabello para tumbar al de Manuela Patón, quedando el premio en una oreja.

Vibrante resultó el recibo a la verónica de Galdós, o eso nos pareció porque la polvareda que se produjo fue de órdago. El de Patón llegó al último tercio con media arrancada y Galdós lo esperó con la mano retrasada para aprovecharlo minimamente, sin demasiada brillantez plástica.

Tiró de zapatillazos y de otra buena estocada para animar a los tendidos a la petición de un trofeo, que le fue concedido a pesar de tardar el toro en doblar.

FICHA DEL FESTEJO.-

Seis toros de Manuela Patón, de presentación y juego desigual. Mejores segundo y tercero.

Manuel Escribano, dos orejas, y dos orejas y rabo.

Román, dos orejas y oreja.

Joaquín Galdós, oreja tras aviso y oreja tras aviso.

La plaza rozó el lleno sobre el aforo permitido. 

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