Los hoteles de la capital rozan el lleno para la Semana Santa

M. Lillo
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La Asociación de Hostelería señala la «incertidumbre» que todavía existe aunque tiene «buenas previsiones» para el segundo trimestre por los eventos organizados

Turistas en una alojamiento hotelero de la capital en un imagen de archivo. - Foto: Tomás Fernández de Moya

La Semana Santa de Ciudad REal, de Interés Turístico Nacional, volverá a celebrarse este año tras el parón de la pandemia y con ella los hoteles también notarán el efecto de esta celebración religiosa que mueve a multitud de personas. De hecho, los hoteles de la capital ya están «prácticamente llenos» para los días claves de la Semana de Pasión, es decir, Jueves, Viernes y Sábado Santo. Las previsiones son «buenas», también en otras zonas turísticas de la provincia, como es el caso del Campo de Calatrava.

Así lo indicó a este diario la gerente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, Cristina Miranda, quien comentó que todavía es pronto para dar datos más concretos del conjunto de la semana, teniendo en cuenta la «situación de incertidumbre actual», si bien confía en que todos los condiciones que existen actualmente no deriven en anulaciones de última hora.

Miranda se pronunció en relación con cuestiones que van desde la guerra de Ucrania y la inestabilidad que ha traído hasta el aumento de los costes de las familias, el incremento del precio del combustible o la meteorología. De hecho, éste último puede ser un factor determinante a la hora de coger o no las maletas, puesto que hay muchos que esperan a conocer las previsiones del tiempo antes de cerrar su viaje por la posible suspensión de procesiones.

En cualquier caso, el reto es aumentar los niveles de ocupación desde el fin de semana anterior, fechas en las que aún las cifras de reservas son «minoritarias», de entre el 15 y el 20 por ciento, aunque podrían aumentar a medida que se acerquen las fechas y acompañen los distintos factores. «A ver si el precio del combustible también baja y no supone un freno para que la gente se desplace», apuntó Miranda en referencia a la medida aprobada por el Gobierno para rebajar el importe de la gasolina y el díesel.

Quienes visitan la provincia en Semana Santa son principalmente familias o parejas que en muchos casos tienen arraigo con los pueblos del entorno y que aprovechan para volver a la provincia, además de grupos de turistas que acuden atraídos por la Semana Santa.

En estas circunstancias, los hoteles, al igual que la mayoría de los sectores, han tenido que ajustar los precios debido al incremento de los costes, si bien ha sido con una subida «ligera» que sigue posicionando a Ciudad Real como un buen destino en cuanto a calidad-precio, aunque hay que tener en cuenta que los hoteles están, tradicionalmente, en el furgón de cola por lo que respecta a la rentabilidad. El precio desorbitado de la energía o el incremento de los costes de la alimentación también han golpeado a este sector, que en algunos casos ha tenido que ajustar los menús para que le puedan salir las cuentas.

Eventos para el optimismo

El sector hotelero no sólo tiene la mirada puesta en la Semana Santa, también la tiene en muchos eventos que se desarrollarán en el segundo trimestre del año y que le hacen tener «muy buenas previsiones». Se trata, por ejemplo, de la celebración del 10 al 12 de mayo de Fenavin, para el que ya están ocupados muchos hoteles en un radio de 60 kilómetros de la capital y en el caso de ésta última también están llenos, incluidas la semana previa y la posterior, dado los trabajos de montaje y desmontaje que requiere.

No hay que olvidar que la Feria Nacional del Vino es el referente más importante para el sector en España y que en cada edición completa la ocupación hotelera teniendo un gran impacto económico en la provincia. Esto volverá a suceder en mayo, tras el parón que ha supuesto la pandemia.

El Congreso Nacional del Trabajo Social, que se celebrará a finales de mayo y que atraerá a unas 3.000 personas, es otro de los eventos destacados que se ha traducido en multitud de reservas, así como las oposiciones que se celebrarán los días 17 y 24 de junio y para el que muchos hoteles ya están «prácticamente llenos», o la celebración de Falleros por el mundo, del 22 al 24 de abril, además de la celebración de comuniones y de bodas que se aplazaron por la pandemia o de grupos del Imserso que van acudiendo a la tierra. A ellos también se une el alojamiento que se presta en algunos establecimientos a ciudadanos ucranianos a través de ONG.

Por todo, el sector mantiene una alegría contenida, aunque temblorosa ante el miedo de que se tuerza aunque con muchas ganas también de que todo ello también redunde en bares, restaurantes o cafeterías.