El sello personal de un tipo con estrella: Luis Enrique

D.I. (SPC)
-

El asturiano ha culminado una regeneración basada en jugadores fieles a una idea, capaces de morir por ella: 4-3-3, presión alta, un ritmo muy alto y fútbol dominante

El seleccionador, durante la última sesión de entrenamiento en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas antes de partir a Amán. - Foto: Pablo García (EFE)

Luis Enrique Martínez (Gijón, 8 de mayo de 1970) es el líder indiscutible de la nave española, y, como diría un capitán de barco en medio de la tormenta, «No sé hasta dónde llegaremos, pero sí se cómo lo haremos». 'Lucho' tiene clarísimo el patrón de navegación, lo que quiere y las piezas que necesita para conseguirlo: primero los medios y después, el fin. 

En este sentido, no convoca futbolistas, sino soldados fieles a una idea. Una especie de partisanos a su servicio, una guardia pretoriana dispuesta a partirse la cara por una idea. El fútbol que pretende Luis Enrique es claro: si el Mundial no se decidiera en goles sino en hacer sufrir al contrario, le encantaría que la Roja ganase el campeonato holgadamente.

Su idea es nítida sobre el campo: quiere presión alta, un elevadísimo ritmo de partido, asfixiar al adversario, dominar la pelota o recuperarla lo antes posible para evitar que el rival la juegue con tranquilidad. Tácticamente, su libreto no da importancia capital a la presencia de un delantero centro específico: prefiere acumular 'llegadores inteligentes' que aprovechen los espacios (por eso su España sufre ante rivales físicos y cerrados). 

Con esa idea llegó a la selección en julio de 2018, intentando regenerarla, ya no como equipo, sino como institución: la credibilidad de España estaba bajo mínimos y él tenía 'el método'. Se trataba de ir dando relevo a las viejas 'vacas sagradas', manteniendo las justas para salvaguardar la entidad ganadora de la escuadra, e ir introduciendo a jóvenes que hubiesen tirado la puerta en las categorías inferiores, futbolistas en forma en un momento concreto, tipos que a lo mejor no estaban en la idea de la afición, pero encajaban en su concepto... hasta hacer una piña, un 'equipo de autor'. 

Siete supervivientes

En agosto de 2018 daba su primera lista. De aquellos 23 jugadores que debutaban en la Liga de las Naciones ante Croacia e Inglaterra solo quedan (en la convocatoria de este Mundial) Carvajal, Azpilicueta, Busquets, Rodri, Asensio y Morata. Hasta 36 nuevos internacionales ha 'bautizado' Luis Enrique en apenas tres años y medio (con aquel doloroso parón de ocho meses en 2019 por la enfermedad y fallecimiento de su hija): de Gayà y Ceballos (los primeros) a Alejandro Balde(el último). Bajo su paraguas -y el de Robert Moreno en su ausencia- se estrenaron en la selección Canales, Fabián, Sarabia, Gerard Moreno, Pau Torres, Dani Olmo, Ansu Fati, Merino, Pedri, Adama, Marcos Llorente, Soler, Gavi... 

A pesar de todas las críticas recibidas (y las que vendrán), es un tipo con estrella en las grandes citas:alcanzó las semifinales de la última Eurocopa después de mil palos, llevó a España a la 'final four' de la Liga de Naciones (algo que también ha logrado este año), colocó a Gavi como titular (recibió infames críticas por su mera convocatoria) en aquellas semifinales y tumbó a Italia. El tiempo y los resultados van dándole la razón a pesar de todos los 'haters' (ahora que es 'streamer'...).