Diego Murillo

CARTA DEL DIRECTOR

Diego Murillo


El Kit Digital a examen

27/02/2023

Europa ha regado y sigue regando con millones de euros nuestras empresas, negocios y proyectos empresariales de toda España, por el hundimiento de la economía -la mayor entre las más avanzadas del mundo- en el parón global por la pandemia del COVID. Fue tal el descalabro de víctimas, contagiados y depresión económica que, una vez más, Bruselas, no sin reticencias de los países del norte, acudió al rescate de uno de los grandes países del euro y de la Unión Europea. En estos días, integrantes de una misión de la Comisión evalúan, como es lógico, la lluvia de fondos Next Generation que van calando poco a poco en el tejido social y económico de nuestro país. Una buena parte de esos fondos acabaron en el rescate laboral del mecanismo de los ERTE que salvaron de la ruina a muchos hogares en los primeros meses de la enfermedad de la primavera de 2020. Otro paquete de las ayudas, no menor, puso el foco en la digitalización y modernización de los procesos de las pymes. Europa no quería dar un dinero a fondo perdido sino que se aprovechara para relanzar la presencia de esas pequeñas empresas en la era digital. 
Como suele ocurrir con este tipo de ayudas estatales vía Unión Europea, la burocracia se suele llevar por delante gran parte del objetivo que se marcaron tanto los estados donantes como el receptor, en este caso, el Gobierno español. En primer lugar, la propia administración asumió el reto de poder dar respuesta a las ingentes solicitudes de las empresas para después cribar las peticiones y seleccionar aquellos proyectos acordes a los requisitos exigidos por las autoridades europeas. El kit digital ha sido el programa más conocido y extendido. En la provincia de Ciudad Real, se ha otorgado la friolera de más de ocho millones para que las empresas implementen mejoras en el posicionamiento de sus web, en la ciberseguridad, en la recogida de datos de forma digital para incrementar la competitividad y avanzar en la era digital. Pero no es oro todo lo que reluce. Como ya se preveía, las expectativas lanzadas, el procedimiento de la concesión de ayudas -en especial para evitar el fraude- y posterior ejecución, revisión y supervisión ha creado tal maraña de papeleo que los agentes digitalizadores -empresas que ejecutan los trabajos del kit- están desbordados y frustrados. Después, habrá que evaluar si los objetivos se han cumplido y no queda en un plan E deslucido en materia digital. 
Sinceramente, no creo que en esta ocasión la inundación de fondos haya sido mal gestionada. Sospecho por la experiencia de las propias pymes y agentes que el celo de burocracia ha desmerecido el plan. El volumen de solicitudes, la falta de tiempo, añadido a la escasez de personal ha podido condicionar este programa donde lo digital es necesario pero no esencial. No todo lo que toca internet se convierte en oro, pero sí, repito, es imprescindible para comprender y relacionarse en la nueva era del ciberespacio, los datos y ahora la inteligencia artificial. Cuando la Unión Europea vuelva otra vez para recoger los exámenes de estos fondos, deberemos haber hecho los deberes para no solo aprobar sino sacar buena nota por el bien y la credibilidad de nuestro país, como para la competitividad de las empresas y negocios que tan necesitadas están.