El acusado de matar a un ciudadrealeño estaba "atrincherado"

E. Press
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Los guardias civiles y policías locales que acudieron a la vivienda de La Carolina (Jaén) donde un hombre mató a navajazos al ladrón que entro en su casa de madrugada para robar han confirmado ante el tribunal que se encontraba "muy asustado"

El acusado, durante la segunda jornada del juicio - Foto: E. Press

Los guardias civiles y policías locales que acudieron a la vivienda de La Carolina (Jaén) donde un hombre en mayo de 2018 mató a navajazos al ladrón que entro en su casa de madrugada para robar han confirmado ante el tribunal con jurado que juzga el caso en la Audiencia de Jaén que el acusado estaba "atrincherado" en la cocina desde donde pedía auxilio al exterior y que se encontraba "extremadamente nervioso" y "muy asustado".

Cuando los guardias civiles entraron en la vivienda, no había corriente por estar bajado el diferencial. Nada más entrar se encontraron el cuerpo de la víctima rodeada de sangre y al acusado, actualmente de 64 años, "atrincherado" en la cocina, hasta el punto de que tuvieron que ser los bomberos los que forzaron la puerta de entrada a la vivienda ya que el acusado se negó a salir a abrirles la puerta.

El acusado presentaba una herida cortante en la mano y otra en la cabeza, mientras que la persona que entró a la casa con la intención de robar se encontraba tirado en el suelo sobre un charco de sangre. En la vivienda había restos de sangre por numerosos sitios. La Guardia Civil ha señalado que de la inspección ocular dedujeron que había habido un único forcejeo, momento en el que la víctima recibió los navajazos y seguidamente el acusado se encerró en la cocina para pedir ayuda a través de la ventana.

Para uno de los agentes de la Guardia Civil encargado de la inspección ocular, la víctima, tras recibir los navajazos, deambuló por la casa buscando la salida y eso explicaría los restos de sangre repartidos por la vivienda.

Para esta tarde esta previsto que siga el juicio con la declaración de los forenses. Serán ellos los que aclaren la naturaleza de las 22 heridas de arma blanca que presentaba el cadáver y cuantas de ellas fueron mortales de necesidad.

El acusado ya declaró este lunes que tras percartarse de que alguien había entrado en su casa, cogió la navaja de caza que tenía en la mesilla y que lo único que hizo fue defenderse de la persona que previamente, según su declaración, le había golpeado en la cabeza.

Mientras que el Ministerio Fiscal reclama que se le imponga seis años de cárcel como autor de un delito de homicidio por entender que en este caso la legítima defensa "no cumple con los requisitos para eximirle de responsabilidad", las dos acusaciones particulares ejercidas por los progenitores del fallecido, han calificado los hechos como un delito de asesinato o en su lugar un delito de homicidio con el agravante de ensañamiento. Por ello, piden penas de cárcel que se mueven en la horquilla de los 20 a los 15 años de prisión.

Por su parte, la defensa aboga por la libre absolución por entender que "no hay ensañamiento, hay legítima defensa". En este punto, la defensa sostiene que el acusado actuó "presa del pánico" porque es "o tu vida o la del otro". Ha presentado al acusado como "una persona vulnerable" que no oye por un oído y tampoco ve por un ojo, al tiempo que ha señalado que hubiera "desproporción" a la hora de defenderse.

Este extremo no lo comparten las acusaciones particulares que han calificado la respuesta del acusado como "desproporcionada", lo que llevó a "una carnicería", digna de "una película macabra". Para las acusaciones, la persona que ahora se sienta en el banquillo "actuó plenamente consciente" y fue él el que sorprendió al fallecido ya que esté, se encontraba bajo los efectos de las drogas, y entró en la vivienda "pensando que estaba deshabitada" ya que el acusado solía viajar frecuentemente a Barcelona.

Los hechos que se están enjuiciando en la Audiencia de Jaén se remontan a mayo de 2018 en La Carolina cuando el acusado, con 59 años en el momento del suceso, se encontraba durmiendo en su vivienda de la calle Pepe Luis Cruz y sobre las 3,00 horas, al levantarse para ir al baño, se dio cuenta de que había alguien en el interior de casa.

Según Fiscalía, el asaltante, de 32 años y vecino de Viso del Marqués (Ciudad Real), "tenía la intención de robar en la vivienda, portaba unos guantes, un pequeño mechero linterna y una barra cubierta con plástico con la cual golpeó en la cabeza al acusado ocasionándole una herida en el cuero cabelludo, de cinco centímetros", además de un hematoma en el ojo derecho con edema.

La respuesta del dueño de la vivienda fue, según el Ministerio Público, la de golpear al asaltante con "un objeto contundente en la cabeza" y "con una navaja de 27,7 centímetros de longitud total y hoja de 16,5 centímetros de largo y 2,5 centímetros de ancho, monocortante y muy afilada, le asestó numerosísimas puñaladas" hasta el punto de que el mango se desprendió de la hoja.

En concreto, el asaltante que falleció como consecuencia de los navajazos presentaba un total de 22 heridas de arma blanca, de las que seis fueron en la región de tórax y abdomen, cinco en las piernas, nueve en el brazo derecho y dos cortes profundos entre los dedos de la mano izquierda.

Para este miércoles está previsto que las partes presenten sus informes, tras lo cual la magistrada presidenta redactará el objeto del veredicto, un cuestionario que al responderlo determinará entre otras cuestiones, si al acusado se le aplicará la eximente completa de legítima defensa y por tanto quedará exento de responsabilidad penal, o si como sostiene la Fiscalía, se le aplica la eximente de forma incompleta, lo cual lo llevaría a la cárcel como autor de un delito de homicidio. También deberán pronunciarse sobre la calificación de asesinato que han pedidos las dos acusaciones particulares en representación de los progenitores del fallecido.