La policía halló sangre, restos biológicos y óseos en el piso

Manuel Espadas
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La tercera sesión del juicio contra Carlos Bustamante por el asesinato de Nancy Paola Reyes ha contado con el testimonio de los agentes que participaron en la investigación y el levantamiento del cadáver

La policía halló sangre, restos biológicos y óseos en el piso - Foto: Rueda Villaverde

El juicio con jurado popular contra Carlos Andrés Bustamante por el asesinato de Nancy Paola Reyes, en agosto de 2020 en Santander, ha continuado esta mañana en la Audiencia Provincial de Ciudad Real con la declaración de dos testigos particulares y hasta siete agentes de la Policía Nacional de la capital cántabra, que participaron en la inspección técnica del piso donde residían ambos y también en el levantamiento del cadáver, localizado descuartizado y metido en cuatro bolsas de basura en un entorno natural de difícil acceso en la misma ciudad.

Tanto los agentes de la Policía Científica como los de la Judicial que participaron en las dos inspecciones técnicas en el piso alquilado por ambos, situado en la calle Carlos III, han confirmado que durante estas dos actuaciones se localizaron "de forma rápida" vestigios biológicos y restos de sangre, tanto en la cocina como en el baño, además de restos orgánicos y óseos en el sumidero del fregadero de la cocina y en el bote sifónico del cuarto de baño, donde van a parar todos los desagües. En total fueron 10 los vestigios seleccionados por la Policía, entre ellos gotas de sangre "proyectadas, no caídas por una causa gravitacional", como matizaba uno de los agentes. Además, también se localizaron larvas vivas de mosca en uno de los desagües, como confirmaban los testigos.

En la segunda inspección del piso, los agentes de la Policía Judicial, ya en busca de objetos y artículos que pudieran servir de pista para localizar a la entonces desaparecida Nancy Paola Reyes, dieron cuenta de una cantidad de dinero escondido debajo de un cojín (270 euros) y una muleta, teóricamente una de las que utilizaba el acusado para desplazarse andando, un objeto que "nos ayudó mucho después en el visionado de imágenes", como ha reconocido uno de los agentes que han testificado. Además, en la maleta con enseres de los inquilinos que la casera del piso guardó en un garaje, los agentes encontraron el envoltorio de plástico de un cuchillo tipo piqueta y la bolsa de unos guantes, ambos artículos con el mismo etiquetado de precio, color naranja, lo que ayudó a localizar el bazar chino cercano a la vivienda en el que fueron comprados. Un establecimiento cuyo propietario también ha confirmado, testificando delante del tribunal, que los vendió, junto con una maleta oscura, a "un hombre que usaba muleta". 

La policía halló sangre, restos biológicos y óseos en el pisoLa policía halló sangre, restos biológicos y óseos en el piso - Foto: Rueda Villaverde

Por último, se sometían a las preguntas de la representación legal de las partes dos agentes de la Policía Científica de Santander que participaron en el levantamiento del cadáver de Nancy Paola Reyes el 17 de septiembre, casi un mes después de su desaparición. Restos que se encontraron en el Parque del Agua, en el centro de Santander, y concretamente en una zona "vallada, en pendiente y de muy difícil acceso". Allí se localizaron las cuatro bolsas con los miembros del cuerpo descuartizado, tres en un lugar y una cuarta en otro, aunque cercano; posición de las bolsas de la que una de las agentes infería que se podrían haber lanzado allí desde un nivel más elevado del paraje. Un lugar que no dista más de 700 metros del piso donde se habría cometido el crimen.

 

"Nos dijo que venía, pero no llegó"

El otro testigo particular que ha participado en esta tercera sesión del juicio ha sido el de Alba, una trabajadora social de un centro de Cáritas de Santander que contactó con Nancy dentro de un programa de ayuda a las mujeres que ejercen la prostitución. La llamó el 13 de agosto y un día después se vieron en el centro, donde ella "se mostró interesada" en los servicios que se le ofrecía de seguimiento ginecológico, al estar embarazada, y de asesoría jurídica dada su situación irregular en España. Sin embargo, Alba también la notó "inquieta" ya que a la pareja que la acompañaba, un hombre "alto, latino y con una muleta", se le obligó a esperar fuera. "La citamos otra vez para el 18 de agosto, pero ello anuló la cita porque decía que le había surgido un cliente. Entonces aplazamos la cita al día 20 a las 11 horas, y cuando ese día vimos que no venía, la llamamos por teléfono, a lo que nos contestó que se le había pasado pero que se vestía y venía para el centro, pero ya no llegó. La volvimos a llamar, le mandamos mensajes, pero su teléfono ya estaba apagado o fuera de cobertura", ha relatado esta trabajadora social.